Capitalismo para los desastres
La teoría del llamado capitalismo del desastre insta a los Gobiernos a aprovechar las crisis económicas, las guerras, las catástrofes naturales, las epidemias y los ataques terroristas para llevar a cabo todo tipo de medidas a favor del libre mercado, la desregularización y, en definitiva, el capitalismo sin cortapisas.
Desde luego, si se repasan los periódicos del último año parece el gran momento de una teoría, base del libro de denuncia político-económico-social La doctrina del shock, escrito por la periodista canadiense Naomi Klein, que se ha configurado en los últimos tiempos como adalid de la generación antiglobalización y que, fruto de su éxito, ha acabado convirtiéndose en película. Pero, ¿tiene sentido filmar La doctrina del shock como una simple visualización del libro, en la que el hilo conductor sean las grabaciones de las conferencias de la autora en defensa de su teoría? ¿No hubiese sido mucho más interesante un análisis exhaustivo de las teorías de Klein, con partidarios y detractores, y que luego fuera el público el que decidiera ejercitar su mente para llegar a conclusiones propias? Y conste que no se están criticando las teorías de Klein, que para ello seguro que hay voces más autorizadas, se está criticando una forma de hacer cine documental (por desgracia la más en boga en un momento en el que se necesita justo lo contrario), que tiene en las teorías preconcebidas y en el panfleto los ejes de su mecánica narrativa.
LA DOCTRINA DEL SHOCK
Dirección: Michael Winterbottom, Mat Whitecross.
Intervienen: Naomi Klein, Paul Bremer, Kieran O'Brien.
Género: documental. RU, 2009.
Duración: 79 minutos.
Así, teniendo en cuenta que las teorías de Klein son casi una reelaboración de la historia de la humanidad de la segunda mitad del siglo XX, y aunque en el cargamento de torpedos hay no pocas ideas para la reflexión, para que aquellos alcancen verdaderamente la diana quizá haya que dar pruebas más concluyentes que las ofrecidas en ciertos casos. Mientras, Michael Winterbottom y Mat Whitecross, sus directores, se han limitado a recoger imágenes y entrevistas de archivo, filmar las palabras de Klein y otorgarle un orden. Pero que su último plano sea el público de una de las charlas aplaudiendo a Klein ya da una idea de la unidireccionalidad del proyecto.
Babelia
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