Procesión con el campeón

Una rua de celebración in crescendo, de menos a más. Ganó en animación a medida que se acercaba al Camp Nou, pero en todo momento una masa de unos 850.000 culés, según la Guardia Urbana, acompañó a la caravana del Barça. El equipo que ha logrado la Copa de Europa para el FC Barcelona -la cuarta de su historia- se paseó ayer en olor de multitudes por la capital de Cataluña, desde el monumento a Colón, en el puerto, hasta el Camp Nou. La ruta serpenteó por la ciudad, pasando por Pau Claris, el paseo de Gràcia, las calles de Aragó y Comte d'Urgell, y la Travessera de les Corts, hasta el coliseo azulgrana. Los jugadores habían llegado en un avión en el que se repitieron las muestras de euforia y la algarabía -con guerra de cojines incluida- de forma continuada hasta llegar al aeropuerto de El Prat.

El piso superior del autocar barcelonista fue una fiesta desde el principio. Algunos jugadores llevaban una lata de cerveza en sus manos y el capitán Carles Puyol disfrutó de lo lindo rociando a sus compañeros con cava a presión. Muchos de los futbolistas, como Andrés Iniesta, iban tocados con la bufanda a modo de cachirulo para resistir la luz solar. Toda la plantilla azulgrana llevaba una camiseta negra con la leyenda El fútbol te devuelve lo que le das: filosofía Guardiola. La actividad subió de intensidad en el tramo de Via Laietana, donde ya casi todo el equipo estaba empapado de una mezcla de cava, cerveza y agua. Los directores de juego fueron Xavi -cómo no-, Pinto, el dandi Dani Alves, Gerard Piqué y Víctor Valdés. En el primer tramo sorprendió a muchos la ausencia del entrenador, Josep Guardiola, y del ídolo argentino Leo Messi en el piso inferior del vehículo.

Miles de personas vestidas de azulgrana, como un magma culé, flanquearon la expedición barcelonista. Sin incidentes, con un ambiente muy familiar y festivo, muchos aficionados, una vez que pasaban los autocares por delante de ellos, echaban a correr hasta otro punto más adelantado para así poder repetir la experiencia de tener bien cerca a sus ídolos.

La banda sonora de la caravana de dos autocares (uno azul, con los jugadores, y otro rojo, con unos bailarines, animadores y un disc jockey) era bien ecléctica. Desde clásicos modernos, como I will survive o el propio himno del FC Barcelona, hasta versiones trance de Scissor sisters, de Coldplay, o del tema principal de la motivadora película Gladiator, al grito de "¡estos son nuestros gladiadores!". Miles de personas se plantaban en puntos del recorrido para ver a sus ídolos, pero los más fanáticos seguían a los autobuses durante tramos bastante largos. El festival era tal que incluso el prudentísimo Pep Guardiola se dejó ver en el piso de arriba del autocar cuando pasaba por la Travessera de les Corts, cerca ya del Camp Nou.

Antes, a las 17.37 (una hora antes de lo previsto), se abrieron las puertas del Camp Nou y miles de personas corrieron para coger los mejores sitios, sobre todo en la zona de tribuna que protegía a los culés del sol implacable de la tarde. De manera casi simultánea la caravana azulgrana enfilaba la Via Laietana dejando atrás un paseo de Colom abarrotado. A las seis de la tarde, en el Camp Nou, empezaron las actuaciones musicales, de todo tipo, amenizadas por el animador Pep Callau.

A las 19.10 horas los accesos al estadio -ya repleto- se cerraron, dejando fuera a miles de fanáticos. A las 20.25 horas los jugadores del Barça empezaron a saltar al césped. Destacaba la animosidad de jugadores como Valdés, tocado con una gorra de comandante de avión, o del ínclito Piqué, que congregó a la afición al concierto que su pareja sentimental, la cantante colombiana Shakira, había de ofrecer en el estadio olímpico Lluís Companys. La fiesta siguió en el Camp Nou con un piromusical. Barcelona vivió otra gran jornada festiva.