Ayrton Senna, el piloto de Dios
Resulta problemático y discutible afirmar que haya vidas tocadas por la gracia, pero Senna, documental casi hagiográfico construido a mayor honra y gloria del piloto brasileño Ayrton Senna, tres veces campeón de fórmula 1, parece demostrar que hay vidas dotadas de esa impecable construcción narrativa que exigiría el más dogmático e inflexible manual de escritura de guion.
Todo está ahí: el héroe individualista, carismático y tozudamente enfrentado con los estamentos de poder; una figura casi mesiánica que se cree protegida por la divinidad, pero cuya convicción puede poner en peligro a quienes le rodean. Un antagonista de por vida que acabará alcanzando su redención en los créditos finales: Alain Prost, con quien Senna mantenía una rivalidad comparable a la que enfrentaba a Ricky Bobby (Will Ferrell) con Jean Girard (Sacha Baron Cohen) en la desaforada Pasado de vueltas (2006) de Adam McKay.
SENNA
Dirección: Asif Kapadia.
Género: documental. Reino Unido-Francia-Estados Unidos, 2010.
Duración: 106 minutos.
Tampoco falta la figura del villano capaz de acuñar réplicas que hubiese envidiado Sydney Greenstreet: Jean-Marie Balestre, azote de la insumisión de Senna, que puntúa una reunión de pilotos con un contundente: "La mejor decisión es siempre mi decisión". Tan buena arquitectura tiene, por supuesto, su lado amargo: el trágico final que remata esta crónica de la épica del individuo enfrentado al sistema que lo ha castigado reiteradamente -lo que el piloto denominaba "la política de la fórmula 1"- y que la película sirve con el contundente, perturbador recurso de la visión subjetiva desde la cabina del vehículo.
El documental construye su relato sirviéndose únicamente de material de archivo -en ocasiones, inédito-, integrando los testimonios verbales recogidos en presente sobre las viejas imágenes. Lejos del esteticismo de El guerrero (2000), Asif Kapadia ha encontrado aquí otro registro para el cantar de gesta.
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