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El Parque de Miñano decidió su apoyo a Epsilon cuando ya se hallaba en pérdidas

La firma proclama un patrimonio de 60 millones que no consta en sus libros

La escudería Epsilon Euskadi ya presentaba pérdidas económicas cuando los responsables ejecutivos del Parque Tecnológico de Miñano, con Alfonso Arriola a su frente, decidieron -y su Consejo de Administración ratificó- comprometerse a sufragar hasta 22 millones de euros si el negocio de la empresa iba mal. Fue así como Kutxa y la Vital, aseguradas por un respaldo que, en último término, ofrede el Gobierno, se prestaron a aportar a la compañía 16 millones de euros (ocho millones cada una de las cajas) en marzo de 2009. Y ello pese a que ya nada indicaba que Epsilon tuviese capacidad de afrontar sus compromisos.

Ahora las cajas rehúsan arriesgar más dinero. De haber accedido, sin aquiescencia del Ejecutivo, a la intención de la firma de recibir un nuevo préstamo y renegociar los pagos, el Gobierno habría quedado liberado de obligaciones y las entidades se habrían convertido en las responsables únicas de la deuda.

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A Epsilon le quedan menos de dos meses para conseguir un inversor, algo que también el Ejecutivo espera como agua de mayo, al ser la única vía para librarse de la pesada carga que le impusieron sus predecesores con esta operación. Es la única tabla de salvación que ve su presidente, Joan Villadelprat, o, al menos, la única que figura en el plan de negocio remitido al Gobierno y que este no considera como tal.

La posición de Industria es tajante: no hay apoyos para proyectos sin plan de negocio, y menos "en momentos en que no podemos siquiera apoyar a otros que sí lo tienen y a quienes nos gustaría hacerlo", en palabras del consejero, Bernabé Unda.

En realidad, Epsilon nunca ha generado ingresos como para cubrir sus costes de explotación y ha vivido siempre de las ayudas públicas, para las que ha supuesto "un pozo sin fondo". Así lo constata la auditoría realizada y así lo recalcó Unda hace una semana en su comparecencia ante la Comisión de Industria. El consejero negó que la crisis económica haya causado las dificultades de la escudería. "El proyecto no ha tenido bases sólidas nunca. La crisis solo le ha hecho tener que enfrentarse antes a esa realidad", incidió.

La inversión realizada por Villadelprat se eleva a 92.000 euros y con ellos controla el 90% de la firma, tras haber cedido el 10% restante al aportador de la prima de emisión. Los seis millones de euros que el presidente de Epsilon presenta como inversión privada, simplemente pasaron por la contabilidad de la empresa como fondos propios. "Desaparecieron, se han ido gastando", relató Unda, para quien ese dinero solo ocultó por un tiempo más la evidencia de la falta de negocio.

El Gobierno estima además que los 60 millones en que Villadelprat cifró el patrimonio de la compañía y que heredaría el Parque de Miñano suponen un simple cálculo en el aire. No constan en los libros ni están certificados contablemente. "Si vale 60, estoy dispuesto a venderla con rebaja, ójala. Habríamos resuelto todos los problemas", enfatizó Unda.

La decisión del Ejecutivo de no arriesgar un euro más se basa en que hacerlo significaría facilitar a la empresa el pago con fondos públicos de sus préstamos, mientras, una vez liquidados, mantendría la propiedad. Y ello es un modelo de negocio que ve "insostenible".

De seguir considerándose estratégico el proyecto y adecuado apostar por él, incluso en tiempos de crisis, el Ejecutivo rechaza que la propiedad siga en manos privadas, mientras el erario público corren con los gastos de explotación con subvenciones y préstamos.

La operación no parece muy aplicable a las políticas de apoyo a emprendedores: el mensaje que lanza es que con una idea y un riesgo personal de 92.000 euros, algo al alcance de muchos proyectos individuales, un empresario puede hacerse en dos años con una propiedad valorada en 60 millones, según sus propios cálculos, pero edificada sobre 50 millones de subvenciones y avales públicos. Unda censuró ese enorme desfase: "La garantía en un proyecto es cuando un empresario se juega su dinero. Sabemos que cree en él y luchará hasta el final".

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