"La 'sociovergencia' en Barcelona sería un error político del PSC"
"Hay que replantear el neoliberalismo turístico. No hacen falta más turistas"
Ricard Gomà viene en metro y llega unos minutos tarde a la cita, en el Pla de Palau. Propone iniciar el paseo serpeteando por el barrio de la Ribera. Es domingo y EL PAÍS publica una encuesta según la cual ICV-EUiA mantiene los cuatro concejales en el Ayuntamiento de Barcelona, pero las izquierdas no suman. "Tengo buenas vibraciones y el resultado está abierto. Hay que seguir trabajando para que CiU y el PP no puedan gobernar", advierte Gomà. La otra alternativa sería la sociovergencia. "Sería un error político del PSC", advierte el candidato, siempre pausado y comedido.
Es la primera vez que Gomà encabeza la lista ecosocialista, después de que lo hiciera Imma Mayol en tres ocasiones, y deja claro que quiere marcar perfil propio. El sambenito de seguidismo socialista que se le atribuye a la coalición en algunos sectores no es un buen reclamo para crecer electoralmente. Quizá por eso detesta hablar de continuismo y prefiere "repensar la participación ciudadana", "rehacer la política municipal" o plantear "propuestas novedosas si las izquierdas suman".
"Los desacuerdos con el PSC han sido más cualitativos que cuantitativos"
"Si las izquierdas suman, haremos propuestas novedosas"
Suena un poco a hueco, pero el discurso de Gomà se hace más tangible al enumerar los datos de "la huella" de la coalición en cuatro años de gobierno: el doble de guarderías, universalización de las becas de comedor y de la atencióm domiciliaria a las personas que viven solas, 130 kilómetros de carril bici, 100.000 desplazamientos diarios consolidados y 320 kilómetros de zona 30 (velocidad máxima).
Al paso por la calle de la Argenteria solo se ven turistas, la ciudad parece ajena a un barcelonés. Gomà mantiene los vocablos que identifican un discurso de izquierdas. "Hay que replantear el neoliberalismo turístico de Barcelona". Eso se traduce, dice, en "dejar de pensar que necesitamos más turistas, como ya se ha hecho en el Plan de Usos de Ciutat Vella". Y aprovechando que el Guadiana pasa por el Barri Gòtic, recuerda que "el 10% de los puestos de trabajo de la ciudad están relacionados con el turismo, pero es empleo precario".
La presencia de indigentes y turistas sin camiseta invita a dialogar sobre la ordenanza cívica que no apoyaron los concejales de ICV-EUiA. El candidato se siente muy cómodo en ese terreno, pues ha sido teniente de alcalde de servicios sociales durante cuatro años. "Hay que derogar esa ordenanza porque recorta las libertades individuales. No se puede equiparar a un sin techo con un incívico. No puede ser que se multe más a alguien que vaya en bañador que a quien circule a 80 por hora".
Una cámara de videovigilancia que cuelga del Liceo le permite insistir en su discurso y censurar el "populismo punitivo". O sea, Código Penal a todas horas. "Las cámaras instauran la cultura de la sospecha. En Gran Bretaña hay unos cinco millones de cámaras y solo ayudan a resolver el 4% de los delitos", dice, evocando el tono didáctico del profesor universitario que fue Gomà.
Avanzando por el corazón del Raval, el candidato dice sentirse mucho más cómodo. "Está lleno de humanidad a todas horas". Y de prostitutas jóvenes, como las de la calle de Sant Pau. Gomà distingue entre trabajo sexual y explotación sexual. Es partidario de "sacar" a esas mujeres de la calle, pero precisa que primero hace falta un marco legal que les reconozca derechos laborales y sociales, algo que intentó Montserrat Tura siendo consejera de Interior y que Joan Saura aparcó. Entre otras cosas, por las presiones de algunos colectivos feministas de sus respectivos partidos. Gomà cree que ahora sería posible porque "la mayoría de esos núcleos feministas han evolucionado".
Además de la ordenanza cívica, el candidato rojiverde recuerda que en estos cuatro años ha habido otros desacuerdos con el PSC, "más cualitativos que cuantitativos", como la recalificación del Miniestadi, el hotel Vela, la privatización de los servicios funerarios y los Juegos Olímpicos de 2022. "El PSC se colocó en los espacios y propuestas de la derecha, y allí encontró el apoyo de CiU", dice.
Lo mismo que ocurrió con el hotel del Palau de la Música, se le recuerda, y allí estuvieron Gomà y su coalición apoyando ese proyecto, aunque él dice que no es comparable. "Se hace muy difícil hablar ahora de ese proyecto, sabiendo lo que no sabíamos entonces. El hotel iba a salir adelante con el PSC y CiU. Pensamos que debíamos condicionar nuestro voto al proceso participativo que impulsó Itziar González, como así fue. El proyecto que se aprobó no tenía nada que ver con el primero".
Ya en la Rambla del Raval, dice sentirse muy cómodo. "¡Qué diferencia de rambla! En Barcelona predomina la convivencia en la diversidad, algo que no es fácil ni en una escalera de vecinos. Ahí están los resultados, pese al discurso demagógico del PP", concluye Gomà, que ya llega justo a un acto electoral.
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