_
_
_
_
_
DOS MODELOS DE ORGANIZAR LA CAPITAL

Gallardón reordenará los distritos y las áreas de gobierno si gana

El programa del PP promete "redefinir y simplificar la organización" de la ciudad - PSM e IU centran su discurso en una mayor descentralización de la gestión

"Se aprobará un nuevo modelo de organización del Gobierno de la ciudad en el que el protagonismo lo ostentará el mejor servicio al ciudadano. Adaptaremos el Reglamento del Gobierno y la Administración, el Reglamento de los distritos y los estatutos de los organismos y empresas públicas; simplificaremos la organización del Ayuntamiento en su conjunto, y revisaremos la asignación de competencias". Este párrafo del programa electoral de Alberto Ruiz-Gallardón contiene las pistas de una de las apuestas más importantes para la próxima legislatura: la reorganización de los distritos, las áreas de gobierno y las empresas públicas.

Desde hace semanas, muchos concejales de distrito andan alborotados con la posibilidad de que cambie la ordenación territorial (vigente desde 1987) y competencial de la ciudad. Mientras, el Ayuntamiento se remite al programa y la oposición aprieta en sentido contrario: descentralización de la gestión. ¿Cuál es el mejor modelo en tiempos de austeridad? Este es el debate que viene. Pero si Gallardón gana y cumple con su programa, el Ayuntamiento cambiará su estructura. "Necesitamos intentar lo imposible", reza la cita del sociólogo Zygmunt Bauman que encabeza este apartado del programa.

Los distritos tienen en total 567 vocales vecinos que cuestan unos seis millones
La división actual configurada en 21 distritos se hizo en 1985
Más información
La izquierda pide un Ayuntamiento en cada barrio
UPyD propone fusionar 104 municipios madrileños para ahorrar 20.000 millones al año

"Es necesario abordar un proceso de redefinición y simplificación de la organización (...). Es necesario repensar para potenciar y especializar las vías y cauces de participación ciudadana Es necesario abordar reformas, profundas reformas", señala la hoja de ruta electoral. Es decir, la proximidad de las juntas podría no ser ya el elemento que articule la participación ciudadana que, en cierto modo, funciona desde que Carlos III implantó los ocho alcaldes de barrio en Madrid. Y consta que al rey ya le traía de cabeza su coordinación.En 1987 Madrid pasó de 18 distritos a 21. La tendencia parece ahora la inversa. La Ley de Bases de Régimen Local de 1985 autoriza a los municipios de gran población a crear los distritos que considere conveniente, siempre que deje como mínimo dos. Las competencias que tengan o su distribución es decisión del Gobierno local. Es decir, si el Ayuntamiento quisiera, podría crear, por ejemplo, cinco grandes distritos en Madrid. Un modelo como el que rige en la ciudad de Nueva York (donde, además, las áreas territoriales tienen las competencias muy reducidas). Eso es lo que ahora inquieta más a algunos concejales del Ayuntamiento, especialmente, claro, a los que presiden las juntas de distrito.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Los motivos de preocupación son fundamentalmente dos. Por un lado, algunos creen realmente en la organización actual como modelo de proximidad con el ciudadano y piensan que una concentración geográfica restaría agilidad y cercanía a la Administración. Y eso es un debate sobre gestión. Pero planea de fondo la preocupación de todos los partidos por una pérdida de cuotas: dinero.

La cuestión aquí es que solo el PP tiene 66 cargos de confianza distribuidos por todas las juntas y 336 vocales vecinos (representantes del partido en los plenos de distrito); el PSOE posee 168 vocales vecinos, e IU, 63. Eso son muchas dietas (alrededor de unos 1.000 euros mensuales por vocal, que suman un total de más de seis millones anuales) para militantes de los partidos a los que hay que retribuir de alguna forma su leal dedicación. En tiempos de crisis, también son una carga económica complicada de asumir. Y el programa habla claramente de buscar nuevas fórmulas de participación ciudadana, más directas.

Los 21 distritos de Madrid gestionan un presupuesto de 234 millones de euros, el 13% de las arcas municipales (el mínimo legal, establecido por el propio Ayuntamiento, es del 11%). Su plantilla total es de 6.790 trabajadores, de los cuales más de la mitad son funcionarios. La reducción de distritos o el adelgazamiento de su organización permitirían trasladar parte de esos trabajadores a áreas de gobierno con grandes carencias. El caso es que el Ayuntamiento ha suprimido en los últimos tres años 1.648 puestos de trabajo (jubilaciones que no se han cubierto). ¿Qué podría suceder? Que la reducción de plantilla en las juntas fuese, en realidad, un traslado de funcionarios a áreas como Medio Ambiente o Movilidad, con carencias de personal.

En esa línea, el documento electoral señala que las competencias las ejercerá "el nivel organizativo que de forma más ágil, simple y flexible garantice el despliegue de los servicios públicos". Actualmente, las juntas de distrito gestionan servicios sociales (centros de mayores, comedores, ayuda a domicilio...); instalaciones deportivas y centros culturales; licencias de uso residencial; licencias para venta de bebidas alcohólicas; labores de inspección sanitaria o autorizaciones para quioscos y terrazas. En algunos casos, se crean duplicidades con las áreas de gobierno que complican la gestión o seguimiento de contratos. Por eso, por ejemplo (acelerado por el caso Guateque), las licencias de actividad económica ya se han centralizado en una agencia que controla la vicealcaldía.

Por último, dentro de las "profundas reformas" se apunta también a las áreas de gobierno y a las empresas públicas. Evidentemente, la única dirección posible en este último caso consistiría en deshacerse de la participación que todavía ostenta el Consistorio en sociedades como la funeraria o plantear fusiones en otras como Espacios y Congresos. Adelgazar, en suma, para caminar ligero.

Alberto Ruiz-Gallardón, en un encuentro con representantes de asociaciones vecinales.
Alberto Ruiz-Gallardón, en un encuentro con representantes de asociaciones vecinales.

Cómo funcionan otras ciudades

- Nueva York: pocos distritos con poco poder. Nueva York, que cuenta con más de ocho millones de habitantes y cubre un área de más de 789 kilómetros cuadrados, solo tiene cinco distritos, y estos carecen de competencias de gestión. Son principalmente instrumentos de participación ciudadana. Todo el poder reside con el City Council, el Ayuntamiento, por un lado y el alcalde, actualmente Michael R. Bloomberg, por otro. El Estatuto de la Ciudad de Nueva York establece que los distritos serán objeto de revisión cada 10 años.

- París: un modelo europeo poco descentralizado. Los 105 kilometros cuadrados de la capital de Francia están divididos en 20 arrondissements o distritos, pero estos solo tienen competencias para la gestión de "equipamientos de proximidad" a la población. El poder legislativo y ejecutivo sobre la población de 2.300.000 habitantes está ejercido

por el Ayuntamiento, le Conseil de París y el alcalde.

- Londres: 32 distritos y la City. Los 7,5 millones de londinenses viven en 1.572 kilómetros cuadrados que están divididos en 32 distritos más la Corporation of London, que administra el núcleo viejo, la City. El poder está bastante descentralizado: cada distrito es responsable de vivienda, basura, educación, urbanización y varias licencias. Aun así la visión amplia de la ciudad la lleva el alcalde, actualmente Boris Johnson, quien controla la Autoridad de Gran Londres. El alcalde es el cargo político más poderoso votado directamente en Reino Unido.

- Barcelona: descentralización en Cataluña. El Ajuntament de esta ciudad de más de 1,5 millones de habitantes está dividido en 10 distritos, que están dirigidos por un gerente nombrado por la alcaldía. Los distritos tienen competencias en temas de urbanismo, vía pública, mantenimiento de infraestructuras, servicios personales y población. En el ámbito de España, Barcelona y Madrid son las dos ciudades que cuentan con un mayor nivel de desconcentración territorial.

- Berlín: una ciudad con un alto nivel de desconcentración. La ciudad en sí, como capital de la República Federal de Alemania, tiene competencias parecidas a las que ejercen las Comunidades Autónomas españolas. Estas competencias, a la vez, han sido delegadas a los 12 bezirke o distritos que componen la ciudad, en la que viven 3,4 millones de habitantes. Los distritos de Berlín fueron objeto de una importante revisión en el año 2000 pasando de 18 a los 12 de la actualidad. El presupuesto total de la ciudad es de más de 20.000 millones de euros.

- Estocolmo: un modelo nórdico muy descentralizado. La capital de Suecia, de más de 850.000 habitantes, tiene 14 distritos. Aunque el Ayuntamiento de la ciudad es responsable de la recaudación de los impuestos locales, el 75% del presupuesto total está gestionado por los distritos. El gasto principal es para abonar las nóminas de los profesores de la educación preescolar y secundaria. Además, los distritos gestionan temas de deportes y cultura. La cantidad que percibe cada distrito varía en función de la población del distrito, sus edades y necesidades. / DAVID NELSON

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_