Chicha y coplas en Jujuy
Soñaba con el teatro, el éxito y los viajes. Y Claudio Tolcachir (Buenos Aires, 1975) lo ha conseguido todo. El director de La familia Colemanque presenta en Matadero Madrid la segunda y la tercera parte de su trilogía tragicómica (Tercer cuerpo, hasta el 15 de mayo, y El viento en un violín, del 18 de mayo al 5 de junio) se fue de mochilero por el norte de Argentina.
Un plan muy hippy...
La idea surgió con unos amigos; buscábamos un sitio barato y diferente así que decidimos recorrer el norte: Salta, Jujuy y Tucumán.
¿Qué le llamaba la atención?
Frente a las calles saturadas de Buenos Aires, allí encuentras tierras rojizas, casi desérticas, con una geografía única. Es una zona muy interesante: con muchas dificultades económicas y con una gente tremendamente cálida y amorosa.
¿Se integró con los locales?
Íbamos a la aventura, nos movíamos a dedo y dormíamos en habitaciones que los lugareños nos alquilaban. Por las mañanas desayunábamos con ellos. Fue una inmersión cultural.
Suena muy auténtico
Por la zona también se puede viajar organizado, pero no es lo mismo. En Purmamarca, un pueblo muy chiquito que es la entrada a la Quebrada de Humahuaca, declarada patrimonio mundial, nos encontramos con el Encuentro Nacional de Copleros.
Se quedaron ¿no?
Casi no pudimos evitarlo. Durante el día había un ambiente muy festivo ymucho ánimo, pero cuando se puso el sol...
¿Qué ocurrió por la noche?
De madrugada empezaron a aparecer copleros de casi todas las provincias del norte que venían al pueblo a pasarse varios días tocando sin parar.
¿Aguantó toda la celebración?
En la fiesta se rinde culto a la Pachamama, la madre Tierra en la cultura indígena: se baila, se come guiso de cordero y se bebe chicha. Y con la chicha, resistes.
¿Es un brebaje místico?
Es una bebida alcohólica que se extrae de la fermentación del maíz. La usaban los incas y se toma mucho en toda Latinoamérica, sobre todo en Perú, Bolivia y el noroeste argentino.
Nada que ver con la capital...
Y si vas al sur encontrarás todo lo contrario. Al sur sur no he llegado aún...
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