España envía un diplomático a la capital rebelde libia
Riera va a Bengasi para enlazar con la oposición a Gadafi
España ya tiene un diplomático en Bengasi, la capital de los rebeldes libios. La ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, ha dado luz verde a José Riera, hasta ahora responsable español de la Unión por el Mediterráneo, para que viaje esta misma semana a la zona de Libia en manos de los opositores a Muamar el Gadafi y se presente ante el Consejo Nacional de Transición. Está previsto que Riera, que se encargará también de coordinar la ayuda humanitaria española, realice una primera misión exploratoria y regrese a Madrid a informar, antes de establecerse definitivamente en Bengasi.
Esta decisión se produce en vísperas de la reunión que celebrarán mañana en Roma los países del Grupo de Contacto sobre Libia, a la que asistirá Jiménez. Fue precisamente en la anterior reunión de este grupo, el pasado 13 de abril en Doha (Catar), cuando la ministra anunció el envío de un diplomático español a Bengasi, aunque su salida se ha demorado hasta ahora.
Zapatero rechazó la petición de Catar de reconocer al Gobierno insurgente
En cualquier caso, este paso no supone el reconocimiento diplomático de los rebeldes. Riera tiene categoría de embajador, pero no ha sido nombrado formalmente por el Consejo de Ministros, como corresponde a los representantes de España ante otros estados; así, su misión actual se deriva de un encargo de la ministra.
Al contrario que Catar, Francia o Italia, España mantiene todavía relaciones con el régimen de Gadafi. Su embajador en Madrid ha sido recibido en dos ocasiones en el Ministerio de Asuntos Exteriores una vez iniciado el conflicto; y la embajada de España en Trípoli, temporalmente cerrada, se ha reabierto tras el regreso de su número dos, Diego Ruiz Alonso, a mediados de abril.
Su principal cometido es gestionar la liberación del fotógrafo español Manu Brabo, de cuya detención por los leales a Gadafi se cumple mañana un mes. Pero fuentes diplomáticas admiten que la idea es que se quede allí para mantener abierto un canal de comunicación con las autoridades libias.
Durante su reciente visita a Madrid, el emir de Catar, Hamad Bin Jalifa al Thani, uno de los más firmes aliados de los rebeldes libios, pidió al Gobierno español que reconociera diplomáticamente a las autoridades de Bengasi. La respuesta fue que España no reconoce regímenes sino estados, y que un movimiento de ese tipo no haría sino agravar la división en la UE. El Gobierno no quiere apartarse un milímetro de la doctrina oficial europea, según la cual el Consejo Nacional de Transición es un "interlocutor legítimo", pero no el único ni exclusivo.
Este difícil equilibrio podría alterarse si los países de la coalición aceptan mañana en Roma financiar a los rebeldes libios con unos 3.000 millones de dólares del régimen de Gadafi bloqueados en bancos extranjeros. En España apenas existen fondos de este tipo pero, en cambio, sí hay pagos de Repsol depositados en el Aresbank a cuenta de la compra de petróleo libio. Este dinero no sería entregado directamente, pero podría servir como aval para que los rebeldes obtengan créditos, según fuentes consultadas.
En Doha, Trinidad Jiménez se entrevistó también con uno de los principales responsables de los rebeldes, Ali Essaui, a quien invitó a viajar a España, aunque aún no hay fecha para la visita.
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