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Reportaje:

Retreta 1, Madrid-Barça 0

- Los vitorianos acuden en masa al inicio de San Prudencio - El 'lehendakari' se sumó a la celebración pese al partido de fútbol

Pedro Gorospe

Los vitorianos no golearon pero se llevaron el partido, al menos en la primera parte. En una jornada complicada y ante un reto de Champions los ciudadanos de la capital alavesa se olvidaron (a regañadientes) del partido que seguramente ha paralizado hasta algunas revueltas en los países árabes, y se acercaron al Ayuntamiento y a la Diputación para asistir a la Retreta.

Aunque iconoclastas los hay en todos los ámbitos de la vida, y ayer algunos retaron a las tradiciones con pantallas panorámicas y ofertas de dos cervezas y bocata a precio de pintxo-pote, -low cost-los expertos en tradiciones alavesas no apreciaron un bajón de público en los actos convocados por las instituciones con motivo de la Retreta, hasta las diez.

Algunos bares ofertaron cerveza y bocata 'low cost' para competir con la Retreta
La música que se recuerda era la llamada para avisar del cierre de la muralla

Es decir, San Prudencio, el santo más alavés, que huele a perrechicos y se pone fino de caracoles con jamón, tomate, panceta, cebolla y pimientos choriceros, todo ello muy amalgamado como dicen los chefs, le ganó por la mano al Real Madrid Barça.

Hasta el lehendakari, Patxi López se enfundó el traje de vecino de Vitoria y se fue a la Diputación. Al parecer no es muy futbolero, como reconoció por la mañana en Bilbao, en una conferencia en el Forum Europa, y optó por vivir en primera persona los actos festivos que arrancan con la popular melodía interpretada cada cuarto de hora, desde las 20 hasta las 22 por atabaleros y trompeteros.

Canción que compusieron al alimón el compositor Luis Aramburu, y el cronista vitoriano Venancio del Val y que el populacho, quizás, por no entender bien la letra, pese a su apabullante sencillez, bautizó como "tran, tran tran-tran".

La Retreta, que en origen era un toque de tambores que anunciaba el cierre de las puertas de la ciudad amurallada, ahora es el aviso de que comienza la fiesta. Las vueltas que da la vida.

A las 20 horas de ayer pasear por la Virgen Blanca o la Plaza Nueva era una misión imposible. Entrar a los bares a comer beber algo, también.

-Oiga ¿usted no va a la Retreta?, fue preguntado un tipo con un jersey abrochado en la cabeza.

-¿A la qué? respondió desafiante el seguidor del Real Madrid.

A las 21,00, en la calle Diputación no cabía ni un alfiler. Los actos de celebración, que dan paso a la fiesta del patrón de Álava, se desarrollaron, como siempre, con la presencia de miles de adeptos.

Poco después a eso de las 21.30, Vitoria volvió a primeros del siglo pasado cuando el toque de la retreta, que se hacía desde el Ayuntamiento, se trasladó a la Diputación. Varios actores y actrices recrearon aquel 27 de abril de 1929.

En el aire se podían escuchar todavía los ecos de la Gasteiz Big Band, que en una impresionante adaptación entre rapera y jazzera del "tran, tran tran-tran" interpretaron, la pasada semana, a modo de pregón de San Prudencio, la veintena de músicos que la forman.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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