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Crítica:ÓPERA | EL REY ROGER
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Revelación de verdades ocultas

En mayo de 1933, el compositor polaco Karol Szymanowski visitó Madrid para hablar sobre el futuro de la cultura en la Residencia de Estudiantes, dentro de una reunión del Instituto de Cooperación Intelectual de la Sociedad de Naciones. Refiriéndose al foco de su actividad creadora afirmó: "Es precisamente la música, con su elemento abstracto y trascendental la que, al actuar de esa forma tan directa sobre la sensibilidad humana, crea ese clima único en el que las verdades ocultas parecen revelarse". No sé si el equipo escénico de esta producción, y en especial su máximo responsable, Krzysztof Warlikowski, conocían este pensamiento del compositor, pero la puesta en escena que han propuesto para El rey Roger sigue al pie de la letra en el sentido teatral lo que Szymanowski esperaba que debía transmitir su música, es decir, la revelación de verdades ocultas.

EL REY ROGER

De Karol Szymanowski. Con Mariusz Kwiecien, Olga Pasichnyk y Will Hartmann. Director musical: Paul Daniel. Director de escena: Krzysztof Warlikowski. Escenógrafa y figurinista: Malgorzata Szczesniak. Sinfónica de Madrid y Coro Intermezzo. Producción de la Opera Nacional de París, 2009. Estreno en Madrid. Teatro Real, 25 de abril.

No se limita el equipo escénico a una lectura naturalista. En una obra que habla del deseo, de la duda, de anhelos latentes y del misterio de la existencia, un planteamiento descriptivo sin más habría sido insuficiente. Hay un tono inquietante en todo lo que se está contando. A veces, hasta con un toque de alucinación, rompiendo las barreras entre el sueño y la realidad, entre las fuerzas inconscientes y la imposibilidad de certezas inmediatas. En los diferentes círculos concéntricos en los que se sitúa la narración hay también una lectura política, desde la inflexibilidad y autoritarismo que muestran los coros en el primer acto, hasta el elogio al consumismo en el que desembocan las doctrinas de los falsos profetas, con esos juegos y disfraces turbadores a lo Mickey Mouse. Las imágenes se mueven a nivel de sugerencias y el espectador tiene que componer su propia interpretación. Se puede apoyar en Eurípides, en Nietzsche o en la fascinación del Sur. O dejarse llevar por la propia música y sus evocaciones. Paul Daniel fuerza los elementos expresivos en su lectura orquestal pero no se le va de las manos en ningún momento la capacidad de matización. La Sinfónica de Madrid le sigue en todos los terrenos, revelando a cada paso verdades inesperadas.

De los seis cantantes principales ayer en Madrid, cinco estuvieron en el estreno de esta producción en París en junio de 2009. Están más que conjuntados escénicamente y muestran un dominio vocal excelente. Fueron especialmente ovacionados Olga Pasichnyk como Roxana y Mariusz Kwiecien como Rey Roger, pero también estuvieron muy en sus papeles Will Hartmann como el Pastor y Stefan Margita como Edrisi. Los coros hacen también un gran trabajo, incluso el de voces jóvenes. Con todos estos factores interrelacionados, la representación alcanzó altas cotas de calidad. El rey Roger es un espectáculo complejo, pero magníficamente resuelto. El público siguió la velada con respeto y concentración. Comparando las premières de París y Madrid el éxito fue mayor en el Real que en la Bastilla. Unas protestas aisladas a los responsables escénicos no empañan lo más mínimo el clima de comprensión y hasta de éxito. La revelación de verdades ocultas tiene un magnetismo especial.

Un momento de la representación de <i>El rey Roger </i>en el Teatro Real.
Un momento de la representación de El rey Roger en el Teatro Real.JAVIER DEL REAL

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