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Reportaje:

Renacer a través de los secretos

El narrador chileno Alberto Fuguet viaja en su libro 'Missing' al mundo de éxitos y derrotas que conlleva el hecho de cruzar fronteras

Ana Marcos

Lo último de Alberto Fuguet (Santiago de Chile, 1964) es un híbrido con pinta de novela, solo hasta la primera página. Es entonces cuando Missing (una investigación) torna a crónica y entrevista con tintes propios de una película policiaca. El escritor, periodista y cineasta que plantó cara al boom literario latinoamericano con su particular manifiesto en McOndo, se fue en busca de su tío Carlos, perdido en Estados Unidos, y del viaje salió "un libro sobre los conflictos familiares, la inmigración o la hispanidad", define el autor.

"Una vida entera no se puede llevar a un libro", dice Fuguet. "Por eso he tenido que mentir. Todo el mundo miente". La confesión le sirve para justificar el 5% de ficción que alberga la historia de un inmigrante chileno que pasó su vida deambulando de motel en motel, no siempre en la mejor compañía femenina, con visita a la cárcel incluida. Es esta parte, la de los éxitos y las derrotas que conlleva cruzar fronteras, la que conquistó a Mario Vargas Llosa. El premio Nobel encuentra en Missing (Alfaguara) "un retrato de las ilusiones de los latinoamericanos que se fugan a Estados Unidos en pos del sueño americano".

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Para contar este periplo, el escritor plantea un juego de estructuras literarias y cambios de narrador para evitar "el planteamiento de una novela tradicional" y abordar de manera creativa las consecuencias, no siempre alegres, de una vida en tránsito. Técnicas propias de la generación Nocilla -el grupo de escritores españoles nacidos entre 1960 y 1976 entre los que destaca Agustín Fernández Mallo- que Fuguet lleva practicando desde hace más de una década cuando demostró con McOndo que al contrario de lo que decía el realismo mágico, "América Latina no es un paraíso donde todos flotamos".

Fuguet ve la realidad híbrida de América sin filtros, ni culpa: "Quizá me costó menos como escritor liberarme y escribir mi día a día. Por eso no es que hayamos sido más rápidos que los Nocilla, es que en los lugares donde no hay tanto peso histórico todo surge de otra manera".

Tal vez, esa mezcla distorsionó la meta del protagonista. Missing sirve también para reflexionar sobre el papel del rastreador y el buscado. ¿Perderse es lo mismo que huir? ¿Dónde queda el derecho al secreto? "Este libro es una investigación, mi objetivo era encontrar al personaje y en el camino, información sobre él", explica el autor. "No le obligué a nada".

Fuguet asumió el mando como un periodista frente a su entrevistado. Al mismo tiempo que consultaba el libro Mis lugares oscuros, donde James Ellroy iba en busca de los recuerdos de su madre. "Nunca hubiera ido mas allá como pasa con el paparazismo intelectual que trata de desvelar secretos a toda costa esgrimiendo un bien mayor", explica el escritor en referencia a lo que considera sucede con las revelaciones de Wikileaks. Y se explaya aún más en su defensa: "Carlos no es muy brillante, pero cuando le di el borrador del libro -fue el primero en leerlo- me hizo entender que no se pueden revelar los secretos de alguien que no existe". Missing supuso la aparición de Carlos. Al fugitivo le interesaba volver para sentir que su vida era algo más que una sucesión de errores.

Alberto Fuguet ayer en Casa América, en Madrid.
Alberto Fuguet ayer en Casa América, en Madrid.ÁLVARO GARCÍA

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Sobre la firma

Ana Marcos
Redactora de Cultura. Forma parte del equipo de investigación de abusos en el cine. Ha sido corresponsal en Colombia y ha seguido los pasos de Unidas Podemos en la sección de Nacional, además de participar en la fundación de Verne. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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