Una pared contra la infamia de Gadafi
Cientos de fotografías recuerdan en Bengasi a los muertos y desaparecidos por el régimen - Voluntarios libios colaboran con Cruz Roja en la búsqueda
En la pared está retratada la infamia del régimen de Muamar el Gadafi. Cientos de fotografías de hombres colgadas y pegadas en los muros de los juzgados de Bengasi atestiguan el horror vivido en un país que carece de estadísticas y de libros de la historia reciente. La gente se acerca a poner cara a los relatos que han escuchado o sufrido. La fotografía enmarcada de Omar Ali Dabu reposa en el suelo. Fue, dice el ingeniero Hasan Mohamed, el primer ejecutado, allá por 1977. "Lo ahorcaron a la puerta de la iglesia. Era estudiante y muy amigo mío", asegura.
También está presente la imagen de Ali Yagmi, simpatizante de la monarquía asesinado en 1986 por sicarios de Gadafi en Turquía. De otros muchos nada se sabe. Se ignora cuántas personas desaparecieron sin dejar rastro en cuatro décadas de tiranía. Decenas de miles, afirman portavoces de la rebelión. Y cientos o miles más que se añadirán cuando la guerra termine.
Cada día, hay entre 15 y 20 peticiones para buscar a los familiares perdidos
Algunos rostros se han añadido en las últimas semanas y resultan ya familiares porque sus retratos en blanco y negro penden de paredes de edificios oficiales y hospitales. El número de teléfono, al pie. Omar Budabus, que empieza a conocerlos uno a uno, es un próspero comerciante que encabeza a los 25 voluntarios que colaboran con el Comité Internacional de la Cruz Roja para rastrear el paradero de caídos en combate, detenidos o enterrados sin dejar pistas.
"Para saber cuántas personas desaparecieron durante los 40 años de dictadura necesitaremos tiempo porque estamos empezando a descubrirlo. Ahora nos centramos en los desaparecidos en esta guerra", indica Budabus. "Recibimos reclamaciones de 15 o 20 desaparecidos al día. La gente suele esperar porque 28 de ellos han regresado". Hasta el miércoles habían recabado 574 peticiones de búsqueda, pero este comerciante, recién llegado de Misrata, cree que en esta ciudad hay muchos más. Es imposible hacerse idea de lo sucedido tras las masivas redadas en ciudades del occidente libio.
"Ya sabemos que 9 de los 574 murieron, y que 147 fueron detenidos por los soldados de Gadafi", añade. Omar Ali es uno de ellos. Su padre, Ali Omar Milad, se hundió varias jornadas en el desasosiego. "Omar desapareció el día 16 de abril, estaba entre Brega y Ajdabiya ayudando con su camión a sacar vehículos militares de las dunas. Días después le vi en la televisión diciendo que el Ejército libio conseguirá la paz. Mi temor es que les fuercen a luchar contra nosotros. No sé si está en Trípoli o en Sirte", cuenta este chófer de 62 años. Recabar pistas es una tarea muy complicada.
No hay organizaciones con experiencia en la materia por mucho que Libia sea terreno abonado, no se puede comunicar con el Gobierno de Trípoli y la telefonía móvil funciona lamentablemente. Poco más puede hacer Budabus que mostrar las fotos de los cadáveres que llegan del frente -algunas francamente desagradables- a los parientes de los desaparecidos que se acercan a su despacho, anunciar su labor en la radio y visitar hospitales para cruzar datos con sus expedientes. "Estamos convencidos de que en Trípoli y en Zauiya son muchísimos. Pero es dificilísimo investigar porque llamo a mis amigos en Trípoli y siento que tienen miedo. No quieren hablar. La gente de Misrata dice que los soldados cobran según el número de detenciones que practiquen. Hay desaparecidos en todo el país", explica Budabus. "Muchas familias", apunta la ayudante Dina al Galal, "tienen pavor a hablar con los medios por temor a represalias". Como para no sentirlo.
"Están desaparecidos quienes se manifestaron frente al Consulado de Italia en 2006 para protestar por las caricaturas de Mahoma. Entonces fueron detenidos. Y ahora, al comenzar la revuelta, les llamaron desde Trípoli. No han vuelto", explica Jaled Mohamed. "Mira", suspira este marino mercante, "ni a mí ni a mi familia el régimen nos hizo daño, tengo dos casas y un sueldo estupendo, pero cuando se sabe esto...".
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