Cuenca, bajo el hechizo de la mejor música religiosa

Sin triunfalismo, con una programación variada y atractiva adaptada a crisis, y con seriedad artística, la Semana de Música Religiosa de Cuenca, que dirige inteligentemente Pilar Tomás, celebra su medio siglo. Cuenca sigue jugando la baza de los espacios. Desde la iglesia de San Miguel hasta el Museo de Ciencias, desde la Fundación Antonio Pérez o el Museo de Arte Abstracto hasta la catedral o el auditorio, desde la iglesia de Arcas hasta el monasterio de Uclés. Son lugares en los que los conciertos se viven de forma diferente. Con recogimiento, con amplitud de espíritu.

Las sorpresas artísticas se suceden. Un par de ellas han llegado con el ciclo matinal Monasterios y música. De órdago fue el recital del grupo Sequentia, con Benjamin Bagby contando y cantando prodigiosamente poemas y músicas de los siglos IX al XI, con el poético y eficaz acompañamiento con flautas y arpa de Norbert Rodenkirchen. Otro concierto memorable fue el de la procesión de las beguinas en la iglesia de San Felipe Neri con el coro Psallentes Femina dirigido por Hendrik Vanden Abeele. Los beguinajes son un fenómeno de los Países Bajos.

Tributo a De Victoria

Han sido días en Cuenca también para la conmemoración del 4º centenario de la muerte de Tomás Luis de Victoria. Con tenebrario incluido, cuyas velas se iban apagando una a una, el Ensemble Plus Ultra, dirigido por Michael Noone, y Schola Antiqua, del entusiasta Juan Carlos Asensio, están dando varios conciertos verdaderamente hipnóticos a lo largo de la semana sobre la música del compositor abulense. A veces con Asensio y su grupo y otras sin él, Noone "amplía" la Semana de Cuenca llevando a lo largo del año la música de Victoria a poblaciones como Sisante, Uclés, Alarcón o Huete. Una iniciativa admirable.

La música más actual tuvo su sitio con el Ensemble InterContemporain de París, en el que, además de estrenarse una obra de Yves-Marie Pasquet, se pudieron escuchar composiciones de Jonathan Harvey, Bernd Aloïs Zimmermann, Britten y Klaus Huber. Los intérpretes del futuro estuvieron representados por la Escolanía de la Abadía Benedictina de Santa Cruz en un programa sobre la tradición monástica benedictina a través del canto gregoriano. La semana del cincuentenario se clausura el domingo con una Segunda de Mahler dirigida por Christian Mandeal, en la que interviene el Orfeón Donostiarra.