"Es el Gobierno el que encierra a la mujer"
Kenza Drider, una joven musulmana de 32 años, lleva el niqab desde hace 13. Fue la única mujer con velo integral que participó en el debate parlamentario que ha llevado a la prohibición de la polémica prenda, y se ha convertido desde entonces en una suerte de portavoz de todas las afectadas por el veto. Hace unos días advertía a este periódico de que no pensaba "cambiar nada en su estilo de vida". Ayer cumplió con su promesa y salió de su casa en Aviñón con su niqab marrón y gris. Luego se subió a bordo de un AVE con destino a París, donde tenía previsto participar en un programa de televisión. Una vez en la capital francesa, decidió pasarse por la concentración de protesta convocada ante la catedral de Notre Dame, donde fue detenida, porque, según la policía, la manifestación no había sido autorizada.
"La concentración había sido autorizada, así lo leí yo en el periódico", explica por teléfono la joven, madre de cuatro hijos. "En un primer momento, la policía nos pidió que nos dispersáramos y les dijimos que sí. Había muchos periodistas y los policías hicieron una burbuja a nuestro alrededor. Ahí me refugié", relata Kenza Drider. Esperaba ser desplazada un poco más lejos, pero no ser trasladada a una comisaría en la otra punta de París, junto a la torre Montparnasse. "Éramos muy pocos", dice. "No entiendo a qué venían tantos camiones de la policía, ni la necesidad de detenernos, de tomarnos las huellas dactilares... Me parece que ha sido todo totalmente desproporcionado".
En total, Drider permaneció en dependencias policiales durante tres horas y media antes de ser liberada sin cargos. En ningún momento se le ha tratado de aplicar la nueva medida, por la que los agentes podían haberle impuesto una multa de 150 euros por vestir una prenda que le cubre el rostro en el espacio público.
Kenza Drider, que lleva el niqab desde hace 13 años, explica que, de ser multada, recurrirá ante la justicia europea para hacer respetar su derecho a la libertad religiosa. "El Gobierno no tiene por qué intervenir en mi vida privada", dice. "Yo no pienso cambiar nada de mi vida, pero conozco a otras mujeres más tímidas que han decidido pasar más tiempo en casa, por temor también a los insultos", añade: "Al final, es el propio Gobierno el que encierra a estas mujeres en sus casas", ironiza.
La aplicación
- La ley prevé una multa de 150 euros y/o un cursillo de ciudadanía para las mujeres que vistan el velo integral en todo espacio público, incluida la calle.
- La nueva norma incluye duras sanciones para quienes obliguen a vestir la prenda: hasta un año de cárcel y 30.000 euros de multa.
- En Francia viven entre cuatro y seis millones de musulmanes. Se estima que algo menos de 2.000 mujeres visten velo integral.
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