Humala da un vuelco político en Perú
El candidato nacionalista gana la primera vuelta de las presidenciales, según los sondeos - Keiko Fujimori disputará con él la segunda vuelta el 5 de junio
El candidato nacionalista Ollanta Humala fue el ganador de la primera vuelta en las presidenciales de Perú, según el recuento rápido (muestreo) realizado por las empresas encuestadoras. Con el 80% de las mesas escrutadas, el aspirante de Gana Perú obtuvo el 31,6% de los votos, bien por delante de sus dos inmediatos perseguidores: la populista Keiko Fujimori y el exministro de Economía Pedro Pablo Kuczynski (PPK), con el 23% y 19,1%, respectivamente. El expresidente Alejandro Toledo, que hasta hace un mes era el favorito, quedó rezagado de la contienda con un 15,7%. Ante la creciente distancia entre el segundo y el tercer puesto y a pesar de lo reñida que fue la elección, prácticamente se daba por descontado anoche que Fujimori será la contrincante de Humala en la vuelta final del 5 de junio.
Es previsible que el expresidente Alejandro Toledo quede eliminado
El recuento rápido reveló varias cuestiones a tener en cuenta. La victoria de Humala en el sur del país y en la zona pobre andina era previsible. Sin embargo, el aspirante nacionalista no solo ganó, sino que arrasó en algunas regiones con más del 50% de los votos. Notable fue también el resultado en Lima, donde Humala casi empató con Keiko Fujimori en el segundo puesto, un dato mucho más favorable que en los comicios de 2006. En la capital y El Callao triunfó PPK, arrebatando a Toledo el voto de la clase media y alta. El escrutinio de Arequipa también fue interesante. Ganó Humala y le siguió Kuczynski. La región representa muy bien la polarización social peruana: la ciudad es la segunda del país desde el punto de vista económico y las áreas rurales se cuentan entre las más pobres. El fujimorismo obtuvo el voto más disperso pero más homogéneo del país, aunque destacó su campaña en Pisco, la región devastada por el terremoto de 2007, donde el movimiento prometió dar prioridad a una reconstrucción que nunca llegó.
La jornada transcurrió tranquila y casi sin incidentes. Es tradición en el día de las elecciones que los candidatos desayunen ante las cámaras de televisión y Keiko Fujimori apareció la primera. Siguiendo la costumbre que estableció su padre, el expresidente condenado a 25 años por delitos de lesa humanidad, se sentó a la mesa de madera tallada por maestros cusqueños en su casa limeña junto a su esposo, sus dos hijas y hermanos. "Que Dios ilumine a todos los peruanos, nos dé sabiduría y tranquilidad, para poder escoger a los candidatos", dijo.
Humala también desayunó junto a su esposa, Nadine, y sus tres hijos, dos niñas y un bebé, en el barrio de clase media-alta de Surco. El nacionalista, mucho más risueño y moderado que cuando compitió por la presidencia por primera vez en 2006, y aconsejado esta vez por asesores de Lula, pidió a los peruanos que votaran "sin miedo". Consciente de que su pasado radical despertó mucha inquietud entre las clases conservadoras y medias de un país que ha generado mucha riqueza en los últimos años gracias a la economía de mercado, Humala compareció tranquilo y risueño. Ya había hecho todo para suavizar su mensaje: prometer que mantendría el rumbo económico, asegurar que respetaría la propiedad privada y la libertad de prensa; y hasta tender la mano al influyente arzobispo de Lima y miembro del Opus Dei, Luis Cipriani, para evitar sus críticas.
El único que fue a votar con traje fue PPK. Fiel a su estilo de hombre pragmático y poco amigo de los ceremoniales, pasó por la urna a toda prisa casi sin dar tiempo a los fotógrafos para inmortalizar el momento en que sufragó por primera vez como aspirante a la presidencia. Desayunó a la vera de su esposa en plena rueda de prensa un sándwich y un café. Toledo, por su parte, también fue fiel a su estilo: votó cercado por un tumulto de seguidores. Dio la sensación de que los 20 millones de peruanos convocados a las urnas estaban todos allí.
"Si sobrevivimos a estas elecciones. Si la alerta pasa sin tragedias, entonces deben plantearse pocas pero profundas reformas: la lucha coherente e integral contra la corrupción; el esfuerzo por lograr un Estado más competente; y la prioridad para las políticas de mejora y de equidad social. El desarrollo que ha tenido el Perú está plagado con insuficiencias, ineficiencias e inequidades, además de mucha corrupción. El resentimiento social ha sido y es, por ende, grande. Acompañado además de una profunda desconfianza, muchas veces justificada, en casi todos los organismos del Estado", explica el reconocido periodista y analista político Gustavo Gorriti.
Las reformas de calado no serán una tarea fácil. Al margen del resultado de las presidenciales, lo que ya estaba claro ayer era que ninguna de las fuerzas con mayor popularidad, la de Humala, Fujimori, PPK, Toledo y la quinta en liza, la del exalcalde de Lima Luis Castañeda, tendrá la mayoría absoluta en el futuro Congreso de 130 escaños. Según los sondeos, el grupo nacionalista Gana Perú y el fujimorista Fuerza 2011 acapararán el mayor número de escaños con más de 40 y 35, respectivamente, mientras que el movimiento de Toledo alcanzará los 20. El resto de los puestos se repartirán sobre todo entre las listas de PPK (una veintena), de Castañeda (en torno a 10) y del Partido Aprista del presidente saliente, Alan García, que sufrió un batacazo tremendo: al parecer retendrá menos de cinco de los 36 escaños que tiene ahora.
La atomización no es nueva en el Parlamento peruano. A diferencia de lo que ocurrió en la mayor parte de los noventa, los dos congresos que han sido elegidos desde 2001 no han estado dominados por ningún partido. Quienes creen que la ausencia representa una oportunidad más que un riesgo lo hacen pensando en un hipotético triunfo de Humala en las presidenciales. La falta de control del Congreso, dicen, lo obligará a moderarse. De este modo, razonan, Perú mantendrá una institución que puede hacer frente a los desmanes del Ejecutivo, en contra de lo que pasó en Venezuela, Bolivia y Ecuador, donde todos los presidentes de corte populista-nacionalista han tenido al Parlamento a su merced.
Desequilibrios
- Un estudio de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) de 2010 pone en evidencia la reducción del nivel de pobreza a escala nacional, que ha bajado del 48,6% al 34,3% entre 2004 y 2009.
- En la ciudad de Lima se redujo a menos de la mitad, pasando del 30,1% al 14,1% en los últimos seis años. Las zonas de la costa son las que más se han desarrollado.
- El estudio muestra una brecha entre las zonas urbanas y rurales, donde la pobreza sigue siendo una tarea pendiente para el país.
- Las regiones rurales de la sierra y de la selva son las que registran los mayores problemas, con un 65,6% y un 57,4% respectivamente de personas bajo el umbral de la pobreza en 2009.
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