Mas presume de marcar el territorio al Gobierno central
El presidente catalán a Zapatero: "No tenemos miedo a la confrontación"
Como un coronel que se dispone a espolear a una tropa desorientada, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, se esforzó ayer en trabar un relato que explicara el porqué de unos recortes sociales que amenazan con incendiar el clima social en Cataluña y llenan de nubarrones el horizonte electoral de Convergència i Unió (CiU). Mas dijo que si recorta un 10% del presupuesto y aplica medidas impopulares en sanidad y educación es por la austeridad que impone la Unión Europea. Y no escatimó amenazas al Gobierno central por el dinero que debe a la Generalitat: "Hemos marcado territorio desde el primer día. No tenemos miedo a la confrontación si hace falta", dijo, recordando que se ha negado a aplicar todas las medidas exigidas por Zapatero.
La sexta hora de clase en la pública peligra por la falta de maestros
En el capítulo de pedagogía, Mas recordó que Cataluña, dentro de España, forma parte de Europa. "Y pertenecer a un club implica cumplir sus normas", dijo. Si bien no se mostró crítico con las normas que impone Europa, sí lo fue con el Gobierno. Mas dejó claro que no se doblegará ante un Ejecutivo que le exige más tijeretazo y aumento de impuestos: "No subiremos impuestos, no recortaremos más de un 10% del presupuesto y diremos no a cualquier medida del Gobierno que implique más gasto para la Generalitat sin haber sido consultados antes". Y ya que entraba en el cuerpo a cuerpo con Zapatero, aprovechó para repocharle que el Gobierno no quiera pagar los 1.450 millones del llamado fondo de competitividad, mientras que sí lo hizo en 2009 y 2010.
Los 100 primeros días de gobierno de Artur Mas han sido monotemáticos: recortes y medidas de austeridad de las que no se salva ningún servicio público. Aunque la mayor parte de los partidos de la oposición entienden que algunos ajustes son necesarios, cada vez son más las voces dentro y fuera de CiU que le piden al presidente que haga algo más que recortar y, sobre todo, que despliegue toda la pedagogía de la que sea capaz para explicar el porqué de tanto y tan severo tijeretazo. De ahí que Mas acabara por decir ayer en un solemne acto en el Saló Sant Jordi de la Generalitat y ante 300 invitados que, si hace lo que hace, "no es por hacer daño", sino para evitar una suerte de intervención de Cataluña al estilo de Irlanda o Grecia. "Países con más soberanía que Cataluña han perdido toda su influencia internacional", dijo.
Pero pese a todo este esfuerzo explicativo, Mas no dudó en confirmar nuevos recortes. Admitió que peligra la sexta hora en la enseñanza pública que el tripartito implantó para equiparar estos colegios con los concertados. Mas lo justifica porque los maestros que la imparten deberán dedicarse a atender 15.000 nuevos alumnos el curso que viene. Para hacerlo, pidió un "pequeño sacrificio" a los docentes.
El Gobierno de CiU lleva semanas buscando debajo de las piedras buenas noticias para lanzar a la opinión pública. Mas aseguró estar siguiendo personalmente los proyectos de ampliación e implantación de empresas en Cataluña para crear puestos de trabajo. Y ya que en cuestiones económicas las buenas noticias se resisten, optó por generar expectativas en un asunto que colea desde 2005: la entrada de la Generalitat en la gestión aeroportuaria. Aseguró que puede haber acuerdo con el Gobierno "antes del verano".
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