Pendientes de la letra pequeña
Gobierno y partidos no se olvidan de las dificultades vividas y por eso acogen con cautela el nuevo proceso - PSE y PNV revisan sus cuentas pendientes
El Gobierno vasco y los partidos políticos favorables a la fusión fría de BBK, Kutxa y Vital han elegido la vía de la cautela, en base a las desagradables experiencias vividas desde 2005, cuando se trata de analizar en un estado de compartida "satisfacción", eso sí, el acuerdo alcanzado entre las tres entidades financieras de Euskadi. Sin embargo, nadie quiere olvidarse de "la letra pequeña", acepción empleada ayer curiosamente por representantes del PP y algunos sindicalistas consultados por este diario, bajo el propósito de evitar así sobresaltos de última hora que comprometan, otra vez, este arduo proceso.
La aceleración imprimida a las negociaciones a partir de la advertencia de Mario Fernández y de la ciaboga consiguiente del PNV no ha sido acogida con la misma alegría por todas las partes implicadas. Lógicamente, las principales miradas se dirigieron ayer, en el Parlamento, hacia Joseba Egibar, inspirador del bloqueo de la fusión fría entre BBK y Vital en su defensa de los intereses de Kutxa.
"Algunos parece que vienen hasta aquí retorciéndoles el brazo"
Consciente de la trascendencia de sus palabras, el portavoz jeltzale adelantó que su partido "acompañará y ayudará" al proceso de fusión, pero, en sintonía con sus ideas, eludió reflejar su nivel de satisfacción. Precisamente este estado anímico fue interpretado en el entorno de una de las cajas vascas como "la imagen de que a algunos parece que se les ha traído hasta aquí retorciéndoles el brazo". Incluso, tampoco pasó desapercibido el hecho de que Iñaki Gerenabarrena rebajara a "un preacuerdo" el compromiso de las tres cajas. El burukide Gerenabarrena fue quien evitó que la fusión entre las cajas vizcaína y alavesa llegara al consejero de administración de la entidad de la que es vicepresidente, para facilitar la estrategia de Egibar.
En el sector vizcaíno del EBB Iñigo Urkullu y Andoni Ortuzar jamás han albergado dudas sobre la fusión fría, al margen de que el objetivo político como partido nacionalista fuera mucho más ambicioso. Por eso, hay quien sostiene que encajaron "sin problemas" la apuesta decidida de Mario Fernández en la asamblea general de BBK del pasado 11 de marzo y así vieron resuelta una incómoda situación interna. Sin embargo, el PSE-EE no ha dudado en poner el dedo en la llaga sobre la marcha atrás del PNV. En realidad, las cuentas pendientes en materia de la fusión de las cajas siguen sin cobrarse y es ahora cuando existe el riesgo de que comience una lucha por arrogarse la paternidad del acuerdo. Pastor no desaprovechó la ocasión para identificar el retraso en esta fusión a tres con las "interferencias" del PNV, y que en el PSE se atribuyen, claro, a sus "diferencias internas".
En el Gobierno se espera con interés el encuentro de hoy entre el lehendakari, Patxi López, y los presidentes de las tres cajas. El Ejecutivo quiere evitar "euforias", pero es indudable que el acuerdo reflejará una fotografía de situación nada despreciable por el mensaje que conlleva. López no pudo ocultar su satisfacción cuando horas antes de comunicarse el principio de acuerdo admitió que el entendimiento era "cuestión de ya". Ayer, en el Parlamento, adelantó que "es una buena operación que el Gobierno vasco avala y apoya y al que ha estado ayudando a que esto sea así".
Mientras, su socio, el PP, adopta mucho más cautela, sobre todo en las voces procedentes de Álava, epicentro del rechazo al primer intento de fusión, aunque fuera Leopoldo Barreda quien las verbalizó en el Parlamento vasco. En realidad, los populares, de entrada, están contentos porque sale adelante "una apuesta" directa formulada por su presidente, Antonio Basagoiti.
Entre sus representantes en Vital, además, hay confianza en que "esta vez se haya entendido y se respete la identidad de cada una de las cajas" y así se eviten "sorpresas" en la letra pequeña del acuerdo, pero no pueden evitar ciertas "reticencias" por las "desagradables" experiencias vividas. A su juicio, "el PNV ha llegado al convencimiento de que lo que proponía era imposible".
En el análisis de situación, el entorno del PP en Vital espera "con ganas" que se haga realidad la proporcionalidad reflejada en el proyecto de Ley de Cajas para que "volvamos a la situación original y no a la que hemos estado viviendo por los continuos cambios del PNV". Los populares critican a los socialistas cuando identifican los cambios de representatividad introducidos en el borrador de la citada ley como "un reajuste" del peso político de los jeltzales. En su opinión, el borrador de la normativa vuelve "al punto de partida original" que "nunca debió perder", afirman.
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