Cónsules y embajadores
O la cadena SER cambia de sistema o sus entrevistas telefónicas para contar en directo los asuntos más calientes del planeta se van a convertir en la pesadilla de la diplomacia española, dispuesta a mostrar un elevado nivel de incompetencia. Llovía sobre mojado cuando el martes pasado el programa Hoy por hoy conectó con el embajador español en Tokio, Miguel Ángel Navarro. Llovía sobre mojado porque muchos ciudadanos españoles ya habían llevado sus quejas a los medios. Sentían que la embajada no les informaba ni les atendía en absoluto en momentos tan cruciales.
La SER no escarbó en la herida. Solo quiso obtener las impresiones del diplomático acerca de la tragedia que vive el país. Navarro se explayó. Demostró haberse leído bien la prensa de los días precedentes dando conocidos detalles sobre la situación de los reactores de Fukushima y llamó a la calma dado que el Gobierno nipón tenía todo bajo control y no había un solo español dentro del perímetro de riesgo establecido de 30 kilómetros de radio.
Hasta aquí nada sorprendente, salvo por el hecho de que seis horas antes el Gobierno japonés había reconocido todo lo contrario: los incendios de los reactores 2 y 4 demostraban que Fukushima estaba fuera de control y elevaban el peligro de "más fugas radiactivas". Que el embajador no pareciera estar al tanto de la alarma mundial desatada horas antes era chocante si se tiene en cuenta que Navarro acababa de asegurar estar en permanente contacto con el Gobierno nipón y el Consejo de Seguridad Nuclear español.
Dos días más tarde, Omar Javier Baba Quirós tuvo también su momento de gloria en la SER. Cónsul honorífico en Bahréin (es un ciudadano que no cobra por su título pero representa a España y colabora con la embajada en Kuwait), Baba dijo que los manifestantes contra la dictadura de los Al Jalifa son jóvenes manipulados que han sembrado el caos y justificó la detención de los opositores y también la dura represión ejercida por el régimen.
Con representantes así, lo mejor que pueden hacer los españoles por el mundo en caso de crisis es salir corriendo.
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