Tupido bosque de historias
Una teoría improvisada del cine para abrir la crítica de una de las películas más imponentes y abrumadoras de la temporada: fue el folletín cinematográfico de Louis Feuillade lo que resolvió la dialéctica entre vida (Lumière) y sueño (Méliès) que marcó los primeros años del medio. En sus seriales, Feuillade logró la síntesis entre lo visible (el realismo) y lo subterráneo (lo fantástico) a través de una dinámica narrativa fundamentada en el perpetuo asombro.
Es posible que el chileno Raúl Ruiz -uno de los grandes heterodoxos del cine contemporáneo- no pensase en Feuillade cuando aceptó el encargo de adaptar -en forma de serie televisiva de seis horas y de esta monumental reducción cinematográfica de cuatro horas y media- Los misterios de Lisboa, novela por entregas de Camilo Castelo Branco publicada en 1854. Quizá tampoco pensaba en El manuscrito hallado en Zaragoza (1965), de Wojciech Has, aunque no podría encontrársele al último trabajo de Ruiz un pariente más cercano en su laberíntico entramado de historias-enredadera, de relatos dentro de otros, de genealogías y líneas narrativas que se bifurcan. En Los misterios de Lisboa no hay elemento fantástico, pero la película se sustenta, como esos precedentes, en una estrategia de revelación de lo subterráneo a través de los mecanismos de la sorpresa: una tupida red de amores contrariados, pasiones fatales y paternidades secretas cono sustrato esencial del melancólico carácter portugués.
LOS MISTERIOS DE LISBOA
Dirección: Raúl Ruiz.
Intérpretes: Adriano Luz, Joao Baptista, Ricardo Pereira, Melvil Poupaud, Léa Seydoux.
Género: drama. Portugal, 2010. Duración: 266 minutos.
La película se sustenta en una red de amores contrariados
La precisa y deslumbrante puesta en escena de Ruiz, con sus planos secuencia, sus atrevidas soluciones formales -el duelo en fuera de campo, mientras el padre Dinis está en la calesa- y sus puntuales destellos de sorna, se convierte en segunda piel de un relato hipnótico que contiene, a su vez, la posibilidad de todo relato. La duración no debería disuadir a nadie.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Últimas noticias
Sánchez admite errores, pero resiste: “Si tengo que aguantar fango, lo haré”
Choque frontal entre Díaz y Garamendi: no pactan desde hace 18 meses y multiplican los reproches personales
La UE mantiene la presión sobre las grandes tecnológicas pese a los ataques de EE UU a su regulación
Los migrantes enfermos detenidos en Krome denuncian la pésima atención médica: “Esto es un campo de concentración”
Lo más visto
- El actor y director Rob Reiner y su esposa Michele, hallados acuchillados en su mansión de Los Ángeles
- Un trabajador de Acciona asegura que fue el exdirector de Construcción quien le sugirió colaborar con Servinabar, la empresa a la que la UCO vincula con Cerdán
- El juez cree que la red de Leire Díez y el exdirector de la SEPI contó con “diversos cargos públicos” para el cobro de comisiones entre 2021 y 2023
- Eurovisión 2026 cierra la lista de sus países participantes, la cifra más baja desde 2004
- Sánchez se mueve para seguir: pacta una cita con Junqueras, anuncia un abono único y descarta tocar el Gobierno




























































