Solidaridad con Japón
Una vez más se demuestra que la fuerza de la naturaleza es incontrolable. Primero fue el turno de Haití, país que aún sigue en ruinas. Un mes más tarde, cuando todavía no había dado tiempo a recuperarse de este primer golpe, otro seísmo de mayor intensidad asolaba Chile.
Hoy, poco más de un año después, la historia vuelve a repetirse. Esta vez ha ocurrido en Japón. Las consecuencias de este terremoto todavía no se conocen sino superficialmente; no obstante, el drama de las pérdidas humanas y materiales se está empezando a sentir y las noticias, imágenes y vídeos de la catástrofe natural más grande en 140 años están dando la vuelta al mundo.
Pero todo este despliegue mediático tiene fecha de caducidad al igual que ocurrió en los casos anteriores. La solidaridad internacional con el pueblo japonés durará lo que duren las noticias sobre el desastre.
Esto nos debe hacer reflexionar acerca de hasta dónde llega nuestra conciencia social y si somos capaces de mantenerla más allá del breve instante que dura la noticia.
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