Zapatero busca dinero para las cajas
El presidente ha llamado a grandes empresas para que intervengan en la reforma. Varias entidades cuentan con que algunos bancos participen en su recapitalización
Mucho revuelo se levantó el jueves en el entorno financiero. En el lapso que va de primera hora de la mañana a última hora de la tarde se encadenaron una serie de acontecimientos, algunos previstos y otros no tanto. Estaba en la agenda que se votara en el Congreso de los Diputados la convalidación del Real Decreto de Reforzamiento del Sector Financiero y que el principal partido de la oposición (el PP, que se abstuvo) se opusiera. También que el Banco de España (BE) publicara, con la Bolsa ya cerrada, las pruebas de solvencia de las entidades financieras españolas. Asimismo se supo que la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, y el gobernador del BE, Miguel Ángel Fernández-Ordóñez (MAFO), viajaban juntos ese mismo día a Estados Unidos para respaldar la reforma financiera y arrastrar a inversores a España.
Pero lo que ni la vicepresidenta ni el gobernador esperaban para ese día, aunque lo temían -siempre se teme-, es que la agencia de calificación Moody's hiciera una de las suyas rebajando la calificación de la deuda soberana de España con el argumento de que hay que poner más dinero para la reestructuración bancaria de lo que dice el BE. Las actuaciones de las agencias de calificación son confusas; merecen un análisis profundo. Pero eso es otra historia.
Lo que queda claro, después de tanto movimiento, es que el sector financiero continúa marcando el ritmo de la economía y que las autoridades están muy preocupadas de que salga bien la reestructuración. De hecho, durante los meses precedentes tanto el Gobierno como el BE y las propias entidades han removido Roma con Santiago en busca de inversores para las nuevas cajas. Esa es, ahora, la tarea principal para las 12 entidades que no han pasado el corte del BE y necesitan aportaciones para evitar que entre capital estatal a través del Fondo de Reestructuración y Ordenada Bancaria (FROB).
El propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tras regresar de la gira por el Golfo Pérsico, donde sacó el compromiso de Catar y Dubai de invertir 450 millones de euros en un fondo para capitalizar las cajas, varios presidentes de empresas significativas recibieron la llamada de La Moncloa para participar en ese fondo. El presidente vino convencido del viaje, si no lo estaba ya, de impulsar la reforma y pedir el respaldo de grandes firmas nacionales, además de inversores extranjeros.
Aunque las tentativas de Zapatero han sido individuales, en el Gobierno se quiere aprovechar iniciativas como la del Consejo Empresarial para la Competitividad que han creado 17 compañías y que, por turno, le toca presidir en su primer año a César Alierta, presidente de Telefónica, y en el que están parte de las principales empresas de banca, construcción, energía, seguros, comercio...
El propósito entra dentro de toda lógica, pero muchas de esas empresas no han tenido más remedio que dar calabazas o echar balones fuera por la sencilla razón de que su estrategia no va por ahí. Son empresas privadas y parecen dispuestas a arrimar el hombro cuando se les pide; pero una inversión de ese tipo puede crear confusión entre sus accionistas, sobre todo los internacionales, y provocar una depreciación en la Bolsa. Entre los posibles inversores figuran los bancos, para los que no sería la primera vez que acudieran a ayudar a entidades en crisis de su sector o de otros. En este caso se considera, además, "un impuesto justificable", como dice una fuente sectorial.
De hecho, la mayor parte de las entidades necesitadas, empezando por la mayor, Bankia, ya habían sondeado a algunos bancos importantes para invitarles a participar en su recapitalización y asegurar su respaldo desde antes de que se conociese la lista del BE. Otras, como Novacaixagalicia, han apelado también a la vecindad para convencer a Amancio Ortega, la séptima persona más rica del mundo, para que les haga algún guiño inversor.
De las 12 entidades, ocho corresponden a alianzas de cajas y cuatro a bancos, aunque dos de ellas son filiales de los bancos extranjeros Barclays y Deutsche, que deben cumplir como las demás. Por cierto, la entidad británica, que adquirió el Banco Zaragozano, se ha significado por ser uno de los más duros con el sistema español. ¿Sería porque extrapolaba sus datos en España a todo el sector?
Interés de Piñera por la reordenación financiera y laboral
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, aprovechó a fondo su primera visita a España en el cargo. Durante varios días, Piñera visitó las principales instituciones, se entrevistó con la oposición y compartió inquietudes con los responsables de la patronal. No en vano España es el segundo inversor de Chile (después de Estados Unidos) y el interés por conocer la opinión de empresarios entra dentro de lo más lógico. Y viceversa. Así se constató en la multitudinaria reunión en la patronal, bajo la presidencia de Juan Rosell y la presencia de la vicepresidenta segunda, Elena Salgado. Piñera les preguntó, entre otras cosas, por la reordenación del sistema financiero y la reforma laboral.
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