"A Serbian film' es ficción"
El pasado mes de octubre, José Luis Rebordinos tuvo que hacer frente como director de la Semana de Cine Fantástico y de Terror a la polémica suspensión de A Serbian film, decretada por el Juzgado de Instrucción número 4 de San Sebastián. Aun sin proyectarse, el filme fue premiado por el público como "símbolo de la libertad de expresión". Fue esa edición la última de Rebordinos al frente de aquel certamen. Desde el pasado enero, este donostiarra de 49 años dirige el Festival de Cine de San Sebastián.
Pregunta. ¿Qué razones les dieron del juzgado de San Sebastián para prohibirles la exhibición de A Serbian film?
Respuesta. Horas antes de la proyección de la película en la Semana de Cine Fantástico y de Terror recibí una llamada de la policía vasca en la que se me pedía que me personara en el juzgado de guardia. Allí se me entregó una orden judicial por la que se prohibía, de forma cautelar, la proyección de esta película. Se me dijo que había dos escenas que podían constituir un delito de pornografía infantil y que la fiscalía estaba investigando.
"Hay que debatir sobre los límites de la representación y la libre expresión"
P. ¿Cuál fue su reacción?
R. Me ofrecí para colaborar en lo que estimaran oportuno y en servir de intermediario con los productores. Suspendimos la sesión y organizamos un debate en el cine con los espectadores sobre la situación originada.
P. ¿Qué pueden hacer los responsables de los distintos certámenes en un caso así?
R. En primer lugar, solidarizarnos con Ángel Sala y ofrecerle nuestro apoyo. En segundo lugar, movilizar al mundo del cine en particular y de la cultura en general para establecer un debate serio y sereno sobre los límites de la representación, los límites de la libertad de expresión y la diferencia entre ficción y realidad.
P. ¿Estamos ante un caso claro de censura?
R. De momento, Ángel Sala está imputado por la acusación del fiscal. Espero que al final triunfe el sentido común y que el juez decrete que la película no es pornografía infantil y que, por tanto, no existe delito.
P. ¿Cómo puede afectar esto a la creación?
R. Si una película de ficción como esta se considerara un delito, esto supondría que los creadores, los productores y los programadores tendrían que ejercer la autocensura ante el riesgo de acabar condenados.
P. A Serbian film es un filme de ficción, pero que narra hechos que son reales. ¿En el cine se puede contar?
R. Hay dos debates diferentes. Uno tiene que ver con el derecho a la libertad de expresión y el derecho de los ciudadanos adultos a ver, escuchar o leer lo que consideren oportuno. Otro más interesante, el debate real que nos hurta esta situación, tiene que ver con la responsabilidad de un creador a la hora de enunciar un discurso y con la forma a través de la cual lo enuncia. Pero este debate, en el que puede haber muchas opiniones diferentes sobre el cine más violento y brutal, nunca se debería establecer en términos de censura o prohibición. Hablamos de ficción, de representación. En A Serbian film no se viola a ningún bebé ni se somete a situaciones de violencia a ningún menor. En una secuencia se utiliza un muñeco y en la otra un montaje con unas piernas falsas y un inserto de un plano del rostro de un niño rodado en un set diferente. Es ficción. No puede ser pornografía porque no existen actos sexuales reales ni se representan las penetraciones.
P. ¿En alguna ocasión ha rechazado un filme por violento?
R. He rechazado películas muy violentas a las que no les veía ningún interés. Pero las he rechazado por eso, por considerar que no tenían interés.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.