"Me costaría mucho encontrar algo de lo que quejarme"

Existe un lugar en el universo que a simple vista tiene el tamaño de una pelota de tenis, pero que por el ojo del telescopio espacial Hubble se amplía hasta albergar las galaxias más jóvenes y lejanas que la ciencia conoce. Es el Campo Profundo, cuyo nombre en inglés, The deep field, le ha servido a Joan Wasser (Biddeford, Maine, 1970), álter ego de Joan As Police Woman, para titular su último disco.

Wasser ha llegado a este remanso entre las estrellas buscando un lugar en el que reflexionar sobre la exacta sensación de "desesperación" que produce estar enamorada de la vida y "las situaciones más duras" por las que ha pasado. "Es una idea muy difícil de expresar porque te hace muy vulnerable, casi más que otras experiencias", cuenta en conversación telefónica desde Italia, parada previa a su gira española, que comienza esta noche en Barcelona. Después pasará por Valencia (jueves 10) y, por último, Madrid (viernes 11).

'The deep field' se inspira en una parte del universo por descubrir

La conclusión a la que ha llegado es alegre: "Ahora mismo me costaría mucho encontrar algo sobre lo que poder quejarme. He aprendido a ser más agradecida. Veo las cosas de manera distinta, mucho más felices". Y para ello ha cambiado de registro recurriendo al soul de los setenta. "He incorporado más teclados y clarinetes. Esa década simboliza para mí el amor por la vida y la esperanza, por eso sentí que podía trasladarla a la actualidad".

The deep field (Pias) empieza con una declaración de amor en Nervous -"quiero que te enamores de mí"- para dar un paso eléctrico a The magic, el primer sencillo con vídeo subido de tono -Wasser se rodea de cachas que la cuidan como a una princesa-. También introduce baladas como Flash o Forever and a year. Algunas de las 10 canciones del álbum ya se pusieron a prueba en la gira de su disco anterior. "Siento que la respuesta de la gente representa la verdad de una buena canción".

La cantante se ha deshecho del apellido "colaboradora" de artistas como Lou Reed, Rufus Wainwright o Antony and the Johnsons. Ha conseguido liberarse, incluso, de la coletilla "novia de" Jeff Buckley sin tener que recurrir al disfraz de la sargento de policía Angie Dickinson, la serie americana de televisión de los setenta, en la que se inspira su apodo artístico.

"Yo antes llevaba el pelo muy rubio y más corto. Un día, caminando por la calle, me crucé con mi amigo Rubens. Llevaba unos pantalones azul clarito, muy de los setenta. Me paró y me dijo: 'Joan, ¿vas así vestida porque imitas a Angy de Policewoman?'. El nombre me encantó y se me quedó. Es muy ridículo, como el de la mayoría de las bandas".

Grabado en Brooklyn con el productor musical Bryce Goggin, Wasser ha firmado un disco que sale a la venta también en vinilo con canciones extra. "He hecho una alegoría de nuestros mecanismos internos: el corazón y el alma. Todavía no hay una manera de saber completamente cómo funciona nuestra mente y cuerpo ante determinadas cosas, como tampoco se sabe bien qué hay ahí arriba. Tanto el ser humano como el espacio son infinitos y por eso seguimos buscando respuestas".