Aclarar la alternativa

La dirección del PP debería redefinir la base argumental de esa alternativa con la que pretende relevar al actual Gobierno que preside Rodríguez Zapatero. Sería bueno que exportara además, como hilo conductor de su propuesta de cambio, algo más que la acusación de una supuesta persistencia en los errores por parte del ejecutivo y dejara de lado esa superioridad léxica cuando afirma que lo harían mejor si de ellos dependiera, porque este no es un argumento de peso, sino más bien una elucubración atrevida y contraproducente. Y porque aunque las encuestas colocan a los populares a la cabeza en cuanto a intención de voto se refiere, no podemos olvidar que la valoración que se da a sus máximos dirigentes no es como para lanzar cohetes. En un proceso de búsqueda hacia una competitividad electoral que garantice en todo momento una alternativa solvente y esperanzadora, es preciso partir desde una perspectiva alta. Y no, tal y como sucede, desde una apreciación mediocre o indiferente puesto que en el supuesto de que el relevo se hiciera efectivo, el ciudadano debería tener, al menos en sus inicios, plena confianza en que el nuevo capitán del barco les conducirá a buen puerto.

Ya no le bastará pues a la oposición con remover negligencias del pasado gestor, algo que gusta con exceso a nuestra clase política. Solo servirá dar respuesta a la demanda social. Y hoy por hoy esto no parece que sea algo que pueda garantizarnos.