120 círculos de carnaval
El Círculo de Bellas Artes celebra su más que centenaria fiesta de disfraces
El edificio que el arquitecto Antonio Palacios diseñó en 1919 queriendo que fuese una "ciudad en miniatura" y que hoy se levanta en el número 42 de la calle de Alcalá se ha disfrazado de muchas cosas en los últimos 80 años: de Roma, de cárcel, de pecado, de México, de cine y hasta de vaca... Desde 1931 es sede del carnaval madrileño. Pero antes, se celebró en el Teatro Real y en otros locales alquilados como el Palacio de Hielo, el teatro de la Zarzuela o el teatro de la Comedia. El Círculo de Bellas Artes (CBA), entidad privada sin ánimo de lucro fundada por un grupo de artistas en 1880, ha custodiado históricamente el baile de máscaras de la capital y conservado una tradición que cumple hoy 120 años.
La primera edición surgió en 1981 para recaudar dinero en tiempos de crisis
La primera edición (1891) surgió en una de las habituales juntas directivas, con motivo de los inestables momentos económicos por los que pasaba la institución. El evento contó con la actuación de la actriz María Álvarez Tubau como presidenta del jurado del concurso de disfraces, y el primer cartel de la que luego sería una larga lista estuvo firmado por Cecilio Pla. Asistieron 1.100 personas: éxito rotundo. Desde entonces, se propusieron celebrarlo anualmente, con parones en la Guerra Civil y el franquismo, cuando el dictador convirtió el Círculo en su casino particular y el baile de máscaras en el "Gran Baile de Exaltación del Traje Regional", para prohibirlo en 1950.
Hoy, ya en democracia pero con una coyuntura económica también poco favorable -aunque el Círculo consigue mantener un amplio programa de actividades culturales sin llegar a números rojos-, la institución se convertirá en un gran circo, que es el lema de este año. El acceso, previo pago de entre 30 y 40 euros (según los descuentos a socios, estudiantes, carnet joven...), implica la entrada a una noche que se funde con el día (de 22.30 a 6.30) con propuestas que invadirán todo el edificio y sus emblemáticas salas: DJ, conciertos, concurso de disfraces del Ayuntamiento...
"Los carnavales ocurren en la calle, es una fiesta de abajo arriba, pero Madrid no tiene tradición de máscaras en sus calles y el Círculo recogió esa energía y la metió en su sede desplegando una gran escalera a la calle", cuenta Gonzalo García Pino, responsable de Artes Escénicas de la institución y organizador del Carnaval desde hace siete años. "Hubo años en los que se montaba una enorme rampa empinada que iba directamente a la segunda planta y la gente entraba de lleno en la sala de baile", cuenta Enrique Castellano, con 39 años en el CBA.
Esta noche, con pregón y cartel del pintor José Alfonso Morera Ortiz (El Hortelano), el Círculo se vestirá de "circo. Pasen y vean...".
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