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Reportaje:DECORACIÓN

Qué guardar y dónde

Imaginen todo lo que hay en una casa, desde las ollas hasta la ropa, desparramado por el suelo. La primera conclusión es que sin lugares donde guardar las cosas, la vida sería un caos, y la segunda es que estos deben ser los adecuados. Pero hay más. Junto con la renovación de la cocina y del cuarto de baño, la inversión en armarios es una de las mayores que se hacen en una vivienda. Le añade calidad de vida, pero hacerlos es más engorroso que cambiar un suelo, tirar un tabique o pintar, ya que supone un desembolso económico y una reflexión sobre lo que guardamos, y cómo y cuándo lo utilizamos.

Para el arquitecto especializado en reformas Julio Iscar, del estudio Iscar y Uriel, el buen diseño de una casa dependerá en gran medida de cómo se haya resuelto este tema. Insiste en que hay que aprovechar todos los huecos, ya que 10 centímetros pueden cambiarlo todo, también en la importancia de utilizar las zonas altas, de que cada elemento sea accesible y responda a una necesidad. Como ejemplo, habla del absurdo de hacer cajones demasiado profundos que terminan siendo cementerios de objetos.

Se tiende a que los muebles parezcan parte de la arquitectura de la vivienda. Cuanto menos invadan, mejor
El consejo de los expertos es hacerse una idea real del volumen de lo que se tiene, ya sean CD o toallas

La pared como soporte. Hace 150 años, cuando las casas se hicieron más prácticas y pequeñas, los grandes muebles destinados a una única función comenzaron a sustituirse por sistemas de almacenaje polivalentes. La gran idea fue aprovechar la pared como soporte por la sencilla razón de que ya estaba ahí y solo había que sacarle provecho. Su éxito fue tal que hoy día se los considera parte de la estructura de una casa.

Antes los hacían por encargo los ebanistas. Hoy los venden las tiendas especializadas, que suelen trabajar con distintos fabricantes cuyo rasgo principal es la flexibilidad en el diseño. Su forma de trabajo, sin dejar de ser industrial, es casi a medida, ya que parten de módulos de distintos tamaños que se pueden personalizar. Lo que diferencia a las marcas es la calidad de los materiales, el tipo de acabados, el diseño, los sistemas de sujeción y montaje -a veces, desarrollados por la propia firma- y si hay o no sistemas de iluminación o apertura especiales. Y el precio, claro.

Los compradores encontrarán una oferta tan grande que a veces puede resultar paralizante. A modo de orientación, y al margen del presupuesto, hay que tener en cuenta la solidez. Es una inversión que tiene que durar. Las puertas o los cajones se abrirán y cerrarán muchas veces.

La estética también cuenta mucho, ya que estamos hablando de muebles grandes. Hoy día se tiende a que parezca que forman parte de la arquitectura de la casa, que sean del techo al suelo para simular una pared. Cuanto menos se destaquen o invadan visualmente, mejor. El tipo de cierre es otro punto. Las puertas correderas son las que más espacio ahorran y menos se notan, pero hay quienes prefieren las abatibles o plegables porque el contenido del armario se ve enseguida (todo un placer para los coleccionistas de ropa).

Pero lo que va dentro definirá la función que tenga y cómo se usará. Hay cajones de diverso tipo: estantes deslizables, barras para colgar, barras para pantalones y así hasta el último detalle. En esto, la oferta difiere de una marca a otra.

Piezas sueltas. ¿Pero qué ocurre cuando la casa es alquilada o no se puede hacer una gran inversión? Existen en el mercado sistemas flexibles, abiertos como mecanos, que se pueden comprar por elementos. Uno de ellos es el Tría de Mobles 114, y otro es el Metro, de la firma Emerson, formado por montantes y baldas de distintos tamaños, con cestas y otros complementos con los que se puede hacer desde un vestidor hasta una mesa de trabajo. Es muy fácil de armar y desarmar, y el día de mañana se recicla para otro ambiente en un momento. La única condición es que su estilo industrial nos guste. Otra alternativa son los muebles por elementos, como los Sapporo de la firma Stua o el Cube Box de Do+Ce. Este último puede vestirse por dentro con archivadores, botelleros o percheros extraíbles. Siendo muy distintos, ambos se basan en la versatilidad y con una gran variedad de acabados que los hace unos todoterrenos. Finalmente están los contenedores de día, como se llama ahora a los muebles modulares para el salón. Se venden por piezas sueltas -aparadores bajos, baldas, etcétera- y a veces sin trasera. Los fabricantes suelen ser los mismos que hacen los armarios y el sistema de diseño y de encargo coincide. Si hay que escalonar la compra o no está muy claro lo que se va a necesitar, lo mejor es comenzar por el elemento bajo, que hará de referencia y de base del conjunto.

Sentido común. Prepare la visita a la tienda mirando su web, y antes que nada, tome medidas para orientarse. Las tiendas le mostrarán catálogos con fotos, a veces un armario o un contenedor ya montado, muestras de colores y de materiales. No hay que dejarse deslumbrar por los acabados de las puertas. Pregunte qué va debajo de esos lacados (mejor que sea DM), observe cómo son los sistemas de cierre y de sujeción (mejor metálicos), mire la solidez de las traseras y de la base de los cajones, además de los rieles por los que se deslizan.

El segundo tiempo se juega en casa: hay que hacer muy bien las cuentas, revisar las necesidades y lo que queremos guardar. Marisa García, de la firma Balda, una de las pocas que fabrican y venden directamente al público, recomienda que el cliente se haga una idea lo más real posible del volumen de lo que tiene, ya se trate de CD, botas o toallas. El otro punto es escoger el lugar donde irá para que sea cómodo de utilizar, que no interrumpa la circulación ni quite la luz de una ventana.

Recuerde que estos muebles también pueden servir de separadores de ambientes o distribuidores del espacio. Un ejemplo es el modelo Modern de Porro o el modelo Madison de Poliform.

Los arquitectos, decoradores y vendedores insisten en que lo ideal es encargar un contenedor cuando se hace una reforma y verlo sobre los planos, algo que no siempre es posible, pero no está de más pensar dónde puede ir en el futuro.

Direcciones: Rimadesio: www.rimadesio.com. Wikinsa: www.wikinsa.com. Montana: www.montana.dk. Treku: www.treku.es. Interlubke: www.interlubke.de. Ikea: www.ikea.es. Porro: www.porro.it. Gunni Trentino: www.gunnitrentino.es. Bd Madrid: www.bdmadrid.com.

La firma danesa Montana ofrece un conjunto de módulos (a la izquierda) con cuatro profundidades diferentes para hacer librerías, aparadores o armarios. Hay 46 colores y accesorios como cajones, ruedas, zócalos. No necesita obra, ni siquiera taladradora.
La firma danesa Montana ofrece un conjunto de módulos (a la izquierda) con cuatro profundidades diferentes para hacer librerías, aparadores o armarios. Hay 46 colores y accesorios como cajones, ruedas, zócalos. No necesita obra, ni siquiera taladradora.
Los armarios Pax de Ikea (abajo) pueden utilizarse como sistemas abiertos. En este caso, la base es la estructura Pax (55 euros) en color blanco. El espejo Levanger (89,90 euros) también es de Ikea, como las cajas.</b>
<b>a la vista.
Los armarios Pax de Ikea (abajo) pueden utilizarse como sistemas abiertos. En este caso, la base es la estructura Pax (55 euros) en color blanco. El espejo Levanger (89,90 euros) también es de Ikea, como las cajas. a la vista.

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