Dos muertas, ebrio y sin carné

Fernando Vargas, de 35 años y acusado del atropello mortal de dos mujeres la madrugada del pasado Sábado Santo en el Paseo de Colón de Sevilla, se sentó ayer en el banquillo de los acusados. Se enfrenta a nueve años y medio de cárcel que le pide el fiscal por la muerte de las mujeres cuando circulaba con el doble del alcohol permitido y sin carné. Ayer insistió en que él pasó con el semáforo en verde, que había bebido dos copas cinco horas antes, que iba a 60 kilómetros por hora y que no vio a las víctimas cuando, según cree, cruzaron fuera del paso de cebra.

Vargas solo ha reconocido que estaba distraído cuando ocurrió el impacto porque estaba mirando el cuentakilómetros. También ha negado que, tras el golpe, intentase huir del lugar.

El acusado, que se echó a llorar al final de su declaración, fue increpado a su llegada. "Asesino", "canalla" y "dejádnoslo a nosotros" gritaron una decena de familiares de las víctimas: Patricia Alfaro, de 26 años, natural de Madrid, y Almudena González, de 30 años y residente en Mairena del Aljarafe (Sevilla).

El fiscal acusa a Vargas de delitos de homicidio por imprudencia, omisión del deber de socorro, conducción temeraria, delito contra la seguridad vial y hurto. Esta última acusación se produce porque cogió el coche de su madre sin permiso.

El acusado ha declarado que desconocía que tenía el carné retirado por acumular siete sanciones con pérdida de puntos, ya que firmó el certificado de Tráfico, pero no se enteró de lo que decía. También ha negado haber huido del lugar de los hechos ya que paró unos 200 metros más adelante, cuando pudo hacerlo con seguridad ya que había perdido la visibilidad al astillarse la luna delantera del turismo.

Aunque aseguró que conducía con precaución por tratarse del centro de Sevilla en la madrugada del Sábado Santo, un testigo que circulaba por la misma avenida dijo que el acusado se saltó un semáforo en ámbar y para ello no dudó en adelantar, a unos 100 kilómetros por hora, a dos coches por la derecha y por un espacio no habilitado para la circulación.

El imputado aseguró que se sentía "fresco" para conducir y en el mismo sentido se ha manifestado su amigo Adrián del Nido, hijo del presidente del Sevilla FC, que viajaba de copiloto, quien ha testificado que durante el trayecto Fernando Vargas condujo con tranquilidad, sin acelerones y sin saltarse semáforos.