Despecho
No hay indicios de que el presidente de la CEA, Santiago Herrero, no asista a la reunión prevista para hoy y convocada por Griñán con los sindicatos UGT y CC OO y el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez. Un nuevo encuentro con el que revitalizar esta semana la Concertación Social en Andalucía y, sobre todo, en el que se informará al detalle del Acuerdo Económico y Social alcanzado por el Gobierno de Zapatero con dichas organizaciones sindicales y la patronal para impulsar la economía española.
De igual modo, se pretende abordar las nuevas directrices en materia de las políticas activas de empleo y las prestaciones a los parados. Como se puede observar, orden del día con enjundia, la suficiente como para pensar que de, ningún modo, Herrero vaya a dar la espantada como ya ha anunciado con los actos del Día de Andalucía. Ha justificado su ausencia de tan distinguida celebración por no haberse tenido en cuenta sus propuestas para la concesión de las medallas de Andalucía.
En la Junta asumen con prudencia el portazo dado. Solo se han limitado a precisar que en contra de lo que se pueda pensar, sí se incluyen en el listado de nominados a empresarios aunque no, desde luego, los que quería Herrero. Y es que el jefe de la patronal ha cosechado en este aspecto otro fracaso después del descarrilamiento de su proyecto para hacerse con la presidencia de la CEOE.
Su intención para que tal galardón recayera en los que encabezan los conglomerados empresariales de Osuna o Sando, cayó en saco roto. La coyuntura no está para encumbrar a los principales artífices del mercado inmobiliario andaluz. Otra vez la larga sombra del ladrillo que parece perseguirle por doquier.
De hecho, resultó muy llamativo que Herrero planteara recientemente como cuestión vital para desbloquear el diálogo social en Andalucía el impulso a determinados proyectos inmobiliarios. Un afán que es conocido, de sobra, por el resto de interlocutores que se sientan habitualmente con él, aunque esta vez resultaba ya demasiado evidente. Lo cierto es que sus deseos no encontraron eco en San Telmo así que, si nadie lo remedia, esta pugna nos va a privar de contar con su presencia en la siempre solemne y emocionante ceremonia del 28-F.
Se espera, en todo caso, que no sea más que un signo de despecho momentáneo y no de ruptura con una ya consolidada cultura de concertación social existente en Andalucía. La verdad es que Herrero está retomando con nuevos bríos esta difícil etapa de su mandato una vez derrotada su opción frente Juan Rosell. Después de un período de reflexión ha decidido incorporase a su junta directiva, ha lanzado una nueva oferta de acuerdos con los sindicatos y ha mostrado su cara menos amable a José Antonio Griñán.
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