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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Muchos vieron venir la crisis

A lo largo de los meses que ha durado el debate sobre la reforma de nuestro sistema público de pensiones, en todas las televisiones públicas y privadas se han organizado numerosos coloquios al respecto en los que, salvo extrañísimas excepciones, todos los contertulios han defendido la necesidad de retrasar la edad de jubilación, aumentar el periodo de cálculo y los años a cotizar para cobrar el 100% de la pensión. Eso es lo que al fin y al cabo han acordado el Gobierno, la patronal y los sindicatos, y lo que respalda la abrumadora mayoría de los grupos del Parlamento, animados todos ellos por la presión de la burocracia de Bruselas, de las grandes empresas, bancos y gestores de fondos privados.

Sin embargo, una reciente encuesta prueba que más del 70% de los ciudadanos están en contra de esta reforma. Opinión ciudadana que no puede calificarse, se comparta o no, de carente de fundamento, dado que numerosos economistas y expertos la respaldan y en estos últimos años predijeron la crisis que se nos avecinaba.

Bien, pues, si los llamados "agentes sociales", las instituciones parlamentarias y partidos y grandes medios de comunicación articulan una democracia moderna y no han dejado, en cambio, ni el más mínimo espacio de expresión a la opinión mayoritaria de la ciudadanía en un asunto trascendental para nuestras vidas, ¿a quién representan? ¿Y en qué se ha convertido nuestro país? En donde controlan el poder los ricos por encima de su representatividad social real se dice que hay una plutocracia; en donde las élites políticas y sociales deciden al margen de la opinión ciudadana, una oligarquía. Ni plutocracia ni oligarquía son compatibles con la democracia.

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Tampoco puede decirse que exista libertad de expresión allí donde, aunque no se aplaste policialmente la opinión discrepante, esta sí sea, sin embargo, ignorada en los espacios de representación y discusión públicas.- Ricardo Rodríguez del Río. Leganés, Madrid.

No mientan; mucha gente vio venir la crisis, otra cosa es que los políticos que estaban en el poder no hicieran caso de las múltiples advertencias, embebidos como estaban en su borrachera de falsos millones generada por la burbuja inmobiliaria.

Antes de que explotara, en Internet había cientos de páginas y miles de personas que vaticinaron la crisis, pero ningún gestor de lo público ni ningún especulador de lo privado quería escuchar a quienes, como mucho, eran tachados de agoreros y aguafiestas.

Ni siquiera era necesario entender de economía; bastaban unas simples nociones de demografía -cuántos vivimos aquí, y cuánto ganamos- para saber que aquella escalera al cielo no se sostendría por mucho tiempo. Pero nuestros políticos estaban borrachos de falsos millones y ahora nos acusan de que todos lo estuviéramos.

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