El PP modula su mensaje y aprecia que existe un "horizonte de esperanza"
El Gobierno y los populares mantienen estos días un contacto permanente
El PP moduló ayer sus primeros mensajes tras el último movimiento de la izquierda abertzale ilegalizada y el nacimiento de Sortu y, de paso, disipó dudas sobre un supuesto malestar con la reacción del lehendakari, Patxi López. De las palabras de este, se queda con la prudencia y el "optimismo exigente" y comparte que hay un "horizonte de esperanza" gracias a la política de firmeza seguida los últimos años contra ETA y su entorno y al empeño conjunto de mantener la exigencia democrática. Los populares considerarían también "una buena noticia" la legalización de Sortu, ya que significaría que cumple los requisitos legales, y llamará a la generosidad si esa formación se incorpora "con hechos fehacientes" al juego democrático.
El PP vasco no quiere ahora arruinar tres años de viaje al centro
Fuentes de la ejecutiva niegan que les guíe el temor al aislamiento
Así lo afirmó el número dos del partido en Euskadi, Iñaki Oyarzábal, coincidiendo en el tiempo con el vicesecretario de Comunicación del PP nacional, Esteban González Pons: el PP confía en el Gobierno central y cree que hará lo posible para que el nuevo partido de la izquierda abertzale no sea legal, dijo, mensaje bastante distinto no solo a lo escuchado a Jaime Mayor Oreja, sino también a la secretaria general popular, María Dolores de Cospedal. No parece factible que Pons ni Oyarzábal hayan hablado así contra el criterio del presidente nacional, Mariano Rajoy.
"Para nosotros también sería una buena noticia que Sortu pueda presentarse a las elecciones, siempre y cuando digan la verdad, se disuelva la organización terrorista o se separen de ETA", señaló Oyarzábal en el Parlamento, alejando la duda de que las palabras del lehendakari [esa "buena noticia"] puedan abrir una crisis en su pacto. La principal exigencia del PP sigue siendo que los radicales no estén en las elecciones de mayo. "De las palabras del lehendakari nos quedamos con su prudencia y su optimismo exigente para mantener las políticas de firmeza que nos han traído hasta aquí", recalcó Oyarzábal.
Desde el pasado lunes, cuando se presentó Sortu, el PP mantiene un permanente intercambio de información con el Gobierno, tanto al máximo nivel, en conversaciones del lehendakari con el presidente de los populares vascos, Antonio Basagoiti, quienes previsiblemente se verán el próximo lunes, como entre el propio Oyarzábal y el consejero de Interior, Rodolfo Ares.
"No somos ciegos, es obvio que hay pasos", admitían a EL PAÍS fuentes de la dirección popular tras las declaraciones de Oyarzábal. Estas fuentes negaron, en cualquier caso, que haya un cambio de posición o una rebaja en el nivel de exigencia que adoptan.
El PP sigue queriendo, como resaltó publicamente el mismo Oyarzábal, "un final con memoria, dignidad y justicia" para las víctimas, a las que no por casualidad se refirió Basagoiti en su primer pronunciamiento, el mismo lunes. Pero las palabras de Oyarzábal introdujeron ayer matices nuevos al mensaje que el miércoles el portavoz parlamentario del partido, Leopoldo Barreda, centró exclusivamente en la desconfianza y prolongó en la advertencia de juzgar al Gobierno y al PSE "en función de sus hechos".
Barreda mantuvo ayer también un mensaje más duro en su intervención durante el pleno que debatió y rechazó la conveniencia de una mesa de partidos.
Oyarzábal dejó desmentida con sus palabras cualquier desconfianza respecto del Gobierno de López y puso de manifiesto el deseo de transmitir un mensaje más positivo. Busca, en línea con un discurso ya adoptado hace meses, impedir que el partido aparezca instalado en el no y aislado en una posición "agorera", que daría al traste en vísperas electorales con todo el trabajo sistemáticamente desplegado durante tres años para centrar su mensaje y su imagen, tras la marcha de María San Gil.
Fuentes de la ejecutiva recalcaron que no es el miedo al aislamiento el resorte que les mueve: el PP seguirá poniendo el acento en cuestiones como las víctimas, donde creen que no se van a centrar otros, informa Javier Rivas.
La desconfianza del PP vasco sigue siendo absoluta y al nuevo partido le corresponde ofrecer "hechos fehacientes" si ha cambiado la situación: demostrar que ya no forman parte de ETA, que han roto con la banda, que ya no son lo mismo. "El día que estén dispuestos a jugar en democracia con todos, a respetar las ideas de todos de verdad, estaremos encantados y llamaremos a la generosidad", anunció Oyarzábal. "Pero necesitamos pruebas y también tiempo para ver que esta vez van en serio, después de tantos engaños", añadió. El PP sigue instando al Gobierno central a ofrecer a la justicia los datos preciso para emitir un juicio sobre Sortu, que se compromete a respetar.
La Cámara corta el paso a una mesa de partidos
El Parlamento dejó ayer acotado el terreno de acción al lehendakari, Patxi López, y su Gobierno en la nueva etapa de la izquierda abertzale, al vetar el impulso o participación en ninguna mesa extraparlamentaria y cualquier reunión con los radicales . El resultado del debate, promovido por el parlamentario de EB, Mikel Arana, fue justo el contrario al que este pretendía: que López encabezara un foro multipartito por la paz con idea de sacar el diálogo del Parlamento para incluir a la izquierda abertzale ilegalizada, sin presencia en la Cámara.
A sabiendas de que estaba condenada al fracaso, por la mayoría que suman PSE, PP y UPyD, Arana defendió su propuesta en la novedad de que por primera vez todas las fuerzas políticas que aspiran a representar a los electores rechazan a ETA.
El debate permitió contrastar las diferencias entre dos bloques en la Cámara. "La historia de ETA ha terminado" proclamó el portavoz del PNV, Joseba Egibar, al tiempo que atribuyó "incomodidad" al PP y el PSE "cuando las cosas van a mejor y a la desaparición de la violencia". "O hacemos otro análisis o el conflicto de país va a quedar vivo", apuntó, tras diagnosticar que el diálogo entre partidos e instituciones "es necesario para garantizar el proceso". La legalizacion de Sortu es la contribución que en estos momentos puede hacer la política a la paz, afirmó, y el resto será vaciedad y palabrería.
De incomodidad, nada, le respondió el socialista Jesús Loza: hay un problema de credibilidad que no se puede pasar por alto, pese ahora avance la "alegría y esperanza" porque se demuestra que la democracia ha ganado. Y para foros de partidos, ya está el Parlamento, zanjó la cuestión a debate.
El popular Leopoldo Barreda creyó ver en la iniciativa de Arana la propuesta de Arnaldo Otegi en el frustrado proceso de paz de 2006. Barreda pidió el liderazgo del lehendakari para evitar "la burla a la legalidad".
Aralar instó a López a "arriesgarse y pedir la legalización de Sortu" y EA pidió la derogación de la Ley de Partidos. UPyD redactó la enmienda que respaldaron PSE y PP.
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