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La Generalitat suspende la polémica caza con arco del jabalí en Collserola

En Collserola solo se empleará la captura con trampas

Jacinto Antón

Collserola no será el bosque de Sherwood. La Generalitat decidió ayer dar marcha atrás en la decisión de permitir la caza nocturna con arco y flechas de jabalíes en el parque natural barcelonés. El único método que se empleará para reducir la población de estos animales será la captura en vivo con trampas. La nueva resolución se produce cuando, según algunas fuentes, la actividad de los arqueros ya había comenzado esta semana, sin que se tenga confirmación de si se habían producido bajas (entre los jabalíes).

Aunque la Administración no ha explicado los motivos por los que se ha replanteado la caza a flechazos, la medida de autorizarla en Collserola había provocado alarma social y protestas entre los defensores de los animales, que consideran que estos sufren de esa manera una muerte lenta y atroz.

Además, el asunto se había politizado -como el de la elefanta Susy: la política ya parece una fábula de Esopo-, con críticas desde diferentes sectores, incluida la del líder municipal de ERC, Jordi Portabella, que cuando se trata de animales ya es un clásico.

Uno de los argumentos esgrimidos contra la iniciativa es que parece paradójico que se prohíban los toros y se ensarte a los jabalíes. Entre una cosa y otra, la medida de poner coto al jabalí en Collserola a lo Robin Hood se ha ido al traste. Lo que a algunos les parecía una manera imaginativa de deshacerse de los hirsutos marranos a otros les ha horrorizado."Ha habido gente que ha llamado preguntando si en la plaza de Lesseps se estaría a salvo de las flechas", explicaron en la Federación Catalana de Caza, varios de cuyos 400 miembros que practican esta modalidad integraban el frustrado comando arqueril. "¡Cuánta histeria colectiva y desinformación!", deploraron.

La idea de que sigilosos arqueros iban a rondar de noche por Collserola portando una muerte silenciosa y punzante ha sido demasiado para algunos. Óbelix también mata jabalíes, pero en general cae más simpático que, pongamos, Burt Reynolds y su arco de poleas en Deliverance, o Rambo. Los arqueros han perdido la batalla de Collserola por culpa de su propio mito. Ya en la Iliada se les tenía por un punto pérfidos (aunque un ganador de la Cruz Victoria como Anders Lassen reivindicó el uso de la arquería para los comandos británicos de la II Guerra Mundial). El dispositivo barcelonés no preveía en absoluto líneas de tiradores a lo Crécy y una lluvia de flechas tipo Termópilas, sino arqueros solitarios, muy profesionales, colocados al acecho en árboles, quietos en sus soportes (treestands), que lanzan generalmente una sola y carísima flecha de arriba abajo en circunstancias completamente seguras y a pocos metros. Cazar con arco, sostenía Daniel Mannix en A sporting chance, unusual methods of hunting (1968), es 80% acecho y 20% puntería.

Parece que cazar a un animal con arco sea más salvaje que matarlo de un tiro. Es verdad que con un disparo lo puedes dejar frito en el acto y, en cambio, con el flechazo la muerte es por desangramiento -con el arco, aunque algunos cazan leones, grizzlys y hasta hipopótamos, nunca pararías la carga del animal-. Sin embargo, según las estadísticas, quedan más animales heridos de balazo sin cobrarse que de flechazos (véase el revelador Porcentajes de recuperación y pérdida de ciervos de cola blanca heridos por cazadores con arco de Minnesota, Krueger, 1995).

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"La caza con arco es muy segura y ecológica, nunca ha habido accidentes", sostiene Francesc Martínez, ex presidente de la Asociación de Caza con Arco Astor. Él mismo ha cobrado dos jabalíes con flechas. "Es una actividad muy selectiva y exigente que requiere experiencia y un gran conocimiento del animal y el medio. Psicológicamente te sientes conectado a algo muy ancestral. El disparo con bala es más traumático para el animal, por el impacto y el ruido. La flecha destroza vasos muy grandes y la muerte se produce por gran hemorragia de manera rápida y relativamente tranquila, en general a no más de 30 metros del punto en que ha sido herido". Es cierto que las puntas de caza, que hay que afilar hasta que puedes afeitarte con ellas, resultan escalofriantes y que ver cómo un ser vivo resulta alcanzado de un flechazo es duro.

Martínez ha participado en cacerías nocturnas en poblaciones como Sant Andreu de la Barca para reducir poblaciones de jabalíes destructores de vides y frutales, en colaboración con el Departamento de Medio Ambiente. "El arquero puede matar un ejemplar en cada ocasión; con mucha suerte, dos". Él emplea arco de poleas de 60 libras, aunque para cargarse a un jabalí, señala, con 40 ya basta (Rick Duggan caza osos polares con 64). Los arqueros usan un punto láser para señalar el blanco: la zona del pulmón y el corazón en el jabalí.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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