Zapatero
¿Es Zapatero el causante de todos los males que nos aquejan a los socialistas españoles? ¿Lo es acaso de los que aquejan a los socialistas madrileños, andaluces, catalanes, vascos o murcianos? ¡No! No se puede, ni se debe, hacer el diagnóstico con tanto reduccionismo, porque tal actitud solo denota la cobardía de quienes apoyaron su candidatura a secretario general del PSOE, esgrimiendo que era innovadora tras los quince largos años de supremacía socialista en España, y ahora le achacan todo tipo de culpabilidades, incluida la debilidad de su Gobierno. Su falta de generosidad les lleva a la desidia de no agitar las aguas del socialismo con nuevas propuestas (porque no las tienen o porque les produce vértigo presentarlas), esperando que la vorágine de la crisis y el rigor de los monstruosos mercados se lleve por delante a Zapatero.
No tengo dudas de que, si opta por seguir, continuará siendo presidente
Yo, que estuve como delegado en el Congreso en que fue elegido secretario general, y no voté a favor de su candidatura, me permito decir que ha sido un buen presidente del Gobierno español, y que aún lo sigue siendo. Y digo más, salvo que so voluntad lo disponga de otro modo, debiera ser el próximo candidato del PSOE en las elecciones de 2012. Ahora resulta que cualquier candidato a las Elecciones municipales y regionales próximas se permite pregonar que Zapatero le quita votos.
El PSOE tiene medios, y experiencia, para hacer los cambios necesarios sin que la Gran Casa del Pueblo que debe ser se convierta en un gallinero. Ahora se trata de que seamos capaces de explicar las medidas tomadas durante los casi siete años en que Zapatero (y el PSOE) gobiernan. Incluso de explicar que las difíciles medidas tomadas en los últimos meses, -inducidas, al parecer, desde los brutales y capitalistas mercados-, han sido tan inevitables que echan por tierra las posiciones del PP, que solo responden a la irresponsable estrategia de "a perro flaco...". Ahora y siempre, el adversario del PSOE no es la debilidad del presidente sino la miserable actitud del PP que, hoy más que nunca, representa a la derecha cavernícola e intransigente. Y si cabían otras medidas, incluida la del enfrentamiento a los mercados económicos y financieros, debieran haber sido esgrimidas por las vías reglamentarias, en los órganos de debate y decisión socialistas.
Voy a dar una nueva vuelta de tuerca. ¿Cabe, ahora mismo, mejor candidato que Zapatero en las filas socialistas? Cuando fue nombrado secretario general del PSOE representó la renovación. Ahora resulta que varios de los que medraron a su sombra están dispuestos a darle el beso de Judas. ¿No nos encandiló a todos cuando trajo a las tropas de la guerra más ignominiosa de los últimos tiempos? ¿No nos ilusionó que abordara el asunto pendiente para tantas personas y generaciones de la Memoria Histórica? ¿No nos llenó de esperanza que arriesgara (incluso que asumiera el primer fracaso en el tema) en la lucha antiterrorista? ¿No ha sido encomiable su interés por convertir la igualdad en una condición irrenunciable para lograr una sociedad mejor? ¿No es un hito inigualable que el cuarto pilar del Estado de Bienestar se siga configurando a través de la Ley de Dependencia que él puso en funcionamiento? ¿No es admirable su obstinación por salvar las políticas sociales? ¿No fue realmente bella y esclarecedora su afirmación del Discurso de Investidura último en que abogó por una España decente?
También ha errado. Solamente no yerran los que no hacen, loa pusilánimes y los desidiosos. Ha sido la intervención de las Instituciones europeas la que ha marcado algunas líneas que han sobresaltado a muchos ciudadanos que deberían reflexionar sobre los intereses que asisten a la izquierda (más a la izquierda del Gobierno), y a la derecha (el PP) para que coincidan en carcomer al Gobierno, a Zapatero y al PSOE. Pero, ¿entiende alguien la actitud del PP sin caer en la esquizofrenia? Ahora llegarán las reformas del mercado laboral y de las pensiones, y las pancartas reunirán en un grito unánime a los sindicatos y a González Pons. ¿No creen que sería bueno reflexionar sobre ello?
Yo les juro que no soy ese socialista que, junto con Sonsoles, conoce las intenciones de Zapatero. Eso sí, respeto y respetaré su voluntad sea cual sea, pero huiré de alimentar el estéril debate que, no se está dando en el cuerpo del PSOE, sino en los mentideros siempre cobardes. Quien tenga dudas sobre el futuro de Zapatero que arriesgue y se atreva a decir quién es su candidato. Y si no se atreve, que se someta al PSOE y a sus reglas estatutarias. Yo no tengo dudas de que, si opta por continuar, seguirá siendo presidente del Gobierno. A pesar de todo, porque ni España ni los españoles son suicidas.
Josu Montalbán es diputado del PSOE en el Congreso por Vizcaya.
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