El aspirante sube al 'ring'
Rocoso. Correoso. Envuelto en la bandera de Asturias, pero saltando con calzado de boxeador. Sin salirse un milímetro del cuadrilátero, pero con golpes que dibujaban musculatura y marcaban puntos flacos de Mariano Rajoy. Francisco Álvarez-Cascos se presentó ayer ante el público para mostrar que sigue en la competición, y encantado de concitar los entusiasmos que acreditan a un aspirante a campeón.
Solo 24 horas después de dejar el que ha sido su partido durante 34 años, el "general secretario" que fue básico para acabar con los partidos regionales de centro-derecha, mediante su integración en el PP de Aznar, desplegó el argumentario propio de la creación de una nueva fuerza parlamentaria, por más que rehuyera el término partido político. Pero exceptuadas esas dos palabras, las demás no dejan lugar a dudas: "Estoy en disposición de intentarlo, juntos, en equipo, organizados y con voluntad de trabajar".
El brazo de hierro en guante de acero que durante años cortó cabezas de compañeros por intereses de la dirección del partido, y que desde el Gobierno arremetió contra todo el que pusiera en riesgo el poder del PP, exhibió ayer indignación por la falta de respuesta del equipo de Rajoy a los insultos que le han lanzado dirigentes populares asturianos opuestos a su candidatura al Principado.
Pero Cascos no saltó ayer al ring para mostrar heridas causadas por golpes bajos sino para mostrar sus condiciones, y determinación, para tumbar a sus antiguos compañeros, por incompetentes para ganar al PSOE, y para recoger el testigo de "los políticos de Estado" que ha tenido Asturias.
El ex ministro evitó los adjetivos descalificatorios para la oposición que hace el PP en el Principado -probablemente porque en ella participan también amigos suyos-, pero sentenció que a la cúpula de ese partido "le importa un comino Asturias". Naturalmente, en esa apreciación subyace su estimación de que ha habido por parte de Rajoy un "desprecio" hacia los 7.000 militantes asturianos que han expresado su preferencia por él como candidato y hacia los sondeos que indican que obtendría mejores resultados que Isabel Pérez-Espinosa. En este punto, el ex dirigente popular no tuvo inconveniente en dejar patente que su golpe se dirigía al rostro de Rajoy, ya que precisó que "los intereses de Asturias han importado menos que los intereses particulares de la dirección nacional [del PP] y, principalmente, de su presidente".
Para que nadie le acusase de dañar al PP promoviendo una escisión evitó el llamamiento a los miembros de ese partido para que le sigan, pero de hecho les invitó a hacerlo al invocar que hay reflexiones que "las tiene que realizar cada uno". Y de paso, este veterano hombre de confianza de Aznar -que ayer no confirmó pero tampoco desmintió que haya hablado hace poco con él- lanzó la última andanada a Rajoy y todo su equipo: "Los militantes del PP son lo mejor que tiene el partido".
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