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Muchos hoteles incumplen por segundo año la prohibición de ofrecer 'barra

Hoteles y salas concentran las fiestas, que cuestan entre 20 y 1.000 euros

Este año son menos descarados. Los hoteles ya no ponen en los carteles de promoción ni en las invitaciones de Fin de Año que incluyen barra libre. Pero, sobre todo en los establecimientos de lujo, va dentro del precio. La Generalitat prohibió las promociones con alcohol el año pasado.

"Si un cliente paga más de 600 euros por pasar aquí el fin de año no le vas a decir encima que si quiere una copa, la pague aparte", razonaba el jueves un trabajador de un hotel de cinco estrellas de Barcelona. Pidió no ser identificado. Al contrario que el año pasado, reconoce que saben que está prohibido ofrecer barra libre. Por eso la disimulan.

No es el caso del hotel Montanyà, que lo anuncia hasta en su web. Pero sí el de muchos en los que, como el Arts o el Mandarín Oriental, solo confirma su existencia la telefonista cuando el cliente llama para reservar la cena.

Los eufemismos campan a sus anchas en los anuncios de muchos hoteles en Internet, que juegan al despiste: "cotillón completo", "maridaje de bebidas", "carro de licores", "bodega incluida"...

"El año pasado incumplían muchos establecimientos. Esta vez es más anecdótico. Las salas han respetado las normas. Entre los hoteles, hemos detectado algunos casos, pero en general, respetan las reglas", dice Joaquim Boadas, de la patronal de ocio nocturno Fecasarm.Las salas y discotecas, tal como señala Boadas, no han promocionado barra libre. Pero tampoco renuncian a atraer clientes sedientos: con las entradas, incluyen bebidas. La fiesta que se celebrará en Fórum, por ejemplo, promociona tiques a 38 euros, con dos copas y dos horas de servicio de cava. Razzmatazz anuncia una fiesta por 30 euros y con dos consumiciones. Sidecar ofrece una copa por 20 euros, el Poble Espanyol, cinco bonos de bebida por 30 euros. En los hoteles de gama media, la cena y la fiesta ronda los 150 euros. En los de muy alta gama hay cena de gala y es obligado pasar dos o tres noches, por lo que la factura puede subir hasta cerca de 1.000 euros.

Los empresarios del ocio nocturno esperan llenar los locales, como los hoteles, que han logrado una altísima ocupación tanto en sus habitaciones como en sus fiestas privadas. No es extraño: con una ciudad a rebosar de turistas, todas las celebraciones del fin de año en Barcelona son de puertas adentro en hoteles, discotecas y entidades. No hay verbenas populares y el escenario de plaza de Catalunya no es más que un punto de reunión donde tomarse las uvas y brindar por el año nuevo. Las campanadas se las da cada uno. Este año, la torre Agbar no será el escenario de la fiesta que en los últimos cuatro años ha realizado T-V3, ya que la televisión ha optado por escoger como escenario la Pobla de Segur. Tan solo algún casal de barrio, como el de Prosperitat, ha organizado alguna verbena. Y dos o tres polideportivos de la ciudad también han convocado fiestas. Así las cosas, la opción del fin de año se resume a fiestas particulares, discotecas y hoteles.

La concentración de la plaza de Catalunya ha ido a más en los últimos años precisamente porque la ciudad se ha convertido en un destino de moda de italianos y franceses, especialmente, para estrenar el año nuevo. Y la tradición de romper las copas de cristal contra el suelo obligó al Consistorio a poner en práctica un dispositivo especial.

La última noche del año la presencia policial será mayor y lo mismo ocurrirá con el servicio de limpieza. Se controlará férreamente la venta ambulante. El acceso en vehículo a la zona de plaza de Catalunya y La Rambla se cerrará pasadas las nueve de la noche, por lo que todo el tráfico se desviará. Tampoco se permitirá ir a la plaza con botellas de cristal y copas y en siete puntos se colocarán trabajadores de limpieza que intercambiarán los envases de cristal por otros de material biodegradable. Sobre las diez de la noche se cerrarán los accesos del metro y de los FF CC y Renfe situados en el perímetro de seguridad y solo estarán abiertos los del extremo norte de la plaza. La juerga se permitirá hasta la una de la madrugada porque a esa hora los servicios de limpieza entrarán a limpiar la plaza, que será desalojada. El transporte público se refuerza y el metro funcionará de forma ininterrumpida durante 67 horas. Desde las cinco de la madrugada de hoy hasta la medianoche del domingo.

Esta información ha sido elaborada por Ferran Balsells, Rebeca Carranco y Lluís Visa.

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