Los Chillida exigen mantener el control sobre las exposiciones de su museo

Desde que el pasado 1 de diciembre se anunciara el cierre de Chillida-Leku, el Gobierno vasco y la familia del fallecido escultor tratan de buscar una solución que evite la pérdida de uno de los museos más emblemáticos de Euskadi. En estos momentos, el principal punto de fricción en las negociaciones entre ambas partes se halla en el modelo de exposiciones para el centro en caso de que pase a ser gestionado por los poderes públicos.

Hasta ahora, el uso de Chillida-Leku, que cerrará el próximo sábado acuciado por la crisis económica y por la escasez de visitantes, ha sido monográfico. El Gobierno plantea abrir el museo a otras exposiciones temporales de cualquier otra temática, pero la familia Chillida no ve con tan buenos ojos esta opción y, mucho menos, no tener capacidad de decisión sobre en ella. "Queremos tener control sobre las actividades que se hagan bajo el paraguas de Eduardo Chillida. Nos gustaría tener control sobre las exposiciones", recalcó ayer a EL PAÍS el hijo del artista guipuzcoano y director del museo, Luis Chillida.

Luis Chillida afirma que no tienen "una propuesta en firme" del Ejecutivo

San Sebastián ha destinado al centro 730.000 euros en una década

En su opinión, las negociaciones abiertas con el Ejecutivo autónomo no han avanzado demasiado en este periodo y, hasta el momento, no disponen de "una propuesta en firme", sino de un estudio realizado por el Gobierno que extrae varias conclusiones. "Queremos matizar algunas condiciones. Hay que ver de fondo lo que pasa", apuntó Luis Chillida.

De la misma manera, el hijo del escultor negó ayer en una entrevista en Radio Euskadi que la tasación de las obras del museo realizada por Cultura suponga el "principal problema" en las negociaciones. "El principal problema está mucho más en el tipo de museo y en el tipo de infraestructura que ha montado", sostuvo.

Para los Chillida, el valor del centro radica en que está concebido como el propio escultor pensaba que debía ser. "Le da valor quizás mucho más a otro nivel internacional que a nivel local, pero es el valor real del museo", aseveró.

Luis Chillida explicó que "nadie tiene un museo como un negocio" y reveló que la familia lleva manteniendo conversaciones con las diferentes instituciones para tratar de garantizar su viabilidad incluso antes de que el museo se abriera al público hace una década. "Seguiremos luchando porque continúe", concluyó.

El alcalde donostiarra, Odón Elorza, indicó ayer en un pleno extraordinario en el que compareció a petición propia para explicar la situación en que se encuentran los diferentes proyectos culturales de la ciudad, que cuando los terrenos de la yeguada militar de Lore Toki pasen a manos municipales, después de que sea trasaladada a Cantabria por decisión del Ministerio de Defensa, estudiará ofrecerlos a quien gestione en ese momento el museo.

Elorza añadió que aunque el centro cierre el 1 de enero, las conversaciones entre las instituciones proseguirán para salvarlo. El Ayuntamiento ha destinado a Chillida-Leku 730.000 euros en sus 10 años de vida. De cualquier manera, el mandatario resaltó que las instituciones, especialmente el Gobierno vasco, han formulado los criterios y las propuestas adecuadas. "Espero su apertura en primavera", subrayó Elorza.

Aralar ha presentado una enmienda a la totalidad a la proposición no de ley registrada por el PP en el Parlamento en la que insta al Gobierno vasco a que trabaje por garantizar la viabilidad del museo mediante un acuerdo con la fundación.

Sin embargo, Aralar condiciona dicho acuerdo a que "si exigiera alguna inversión de dinero público, el Gobierno participe tanto de la propiedad como de la gestión de la fundación". Su parlamentario Mikel Basabe reclasma que cuando se inviertan fondos públicos tanto en la restauración como en la protección del patrimonio de cualquier asociación, institución o fundación privada, el Gobierno suscriba acuerdos de participación en dichas asociaciones.