Pujolistas, democristianos, independientes...
Pujolistas, democristianos, soberanistas, independientes. Artur Mas ha estado semanas acabando de cuadrar el difícil sudoku de su Gobierno, que debía de incluir a todas esas familias en un Ejecutivo más liviano que el del tripartito (11 frente a 14 consejerías). Heredero y ex consejero jefe del Gobierno de Pujol, Mas ha recuperado a cuatro de sus antiguos compañeros de aquel Gabinete: la psicóloga Irene Rigau (Convergència) para Educación; el abogado Josep Maria Pelegrí (Unió) para Agricultura; el independiente Andreu Mas-Colell para Economía y el ingeniero y número dos de Convergència, Felip Puig, para Interior. Ninguno repite cartera.
A esa relación, Mas ha añadido a dos convergentes más: el moderado Lluís Recoder, alcalde de Sant Cugat, valor en alza del partido, que se encargará de Política Territorial y Obras Públicas. Le avala tener la condición de haber dirigido el Ayuntamiento más transparente de España. Y el diputado Josep Lluís Cleries, que ostentó cargos en los Gobiernos de Pujol y que dirigirá Bienestar Social y Familia.
En el juego de equilibrios, a Unió le correspondían dos carteras y escoger a uno de los independientes. Una de sus opciones era promover la candidatura de la abogada Esther Giménez-Salinas para Justicia, pero al final esa tarea la asumirá Pilar Fernández Bozal, jefe de los Abogados del Estado, que trabajó en la Delegación del Gobierno ya en la época del Partido Popular.
Unió al final se ha quedado solo con dos carteras: la del ya citado Pelegrí y la de Joana Ortega, que se encargará del departamento de Gobernación y de Relaciones Institucionales. Ortega habría querido Bienestar Social, pero Cleries ha sido el preferido por Mas. Ortega, en cualquier caso, será la número dos en ausencia del presidente. Desde fuera del Gobierno, Josep Antoni Duran Lleida, líder de Unió, tendrá una función relevante: gestionará las relaciones con el Gobierno central y las de Exteriores.
Nunca hasta ahora un presidente de la Generalitat había recurrido a tantos independientes para su Gobierno. Y, por encima de todos ellos, emerge la controvertida figura de Ferran Mascarell, aún con carné socialista. Fuera del Ejecutivo aunque formando el poderoso núcleo de Presidencia, estarán la mano derecha e izquierda de Mas con quienes comparte su ideario soberanista: el diputado Francesc Homs, ideólogo del pacto fiscal que reclama CiU, será el secretario general de Presidencia, y Germà Gordó como secretario del Ejecutivo.
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