_
_
_
_
_
Reportaje:

Lo que el vídeo no contó de Francisco

El hombre que murió cuatro días después de ser rescatado en el metro fue enterrado en la intimidad - Su familia cree que el hospital no le atendió bien

F. Javier Barroso

Las imágenes dieron la vuelta al mundo. Televisiones de todo el planeta las difundieron en sus informativos. No duran ni un minuto, pero es el tiempo suficiente para que los espectadores sientan auténtico pánico. Un hombre cae a las vías del metro, en la estación de Puerta del Ángel (línea 6, la gris), tras tambalearse en el andén. La rápida intervención de Ángel, un policía nacional fuera de servicio, permitió que el convoy que estaba entrando en la estación no acabara con la vida de la víctima. El fatal destino le jugó, sin embargo, una mala pasada justo cuatro días después. No pudo resistir un fallo multiorgánico y falleció, según han confirmado fuentes médicas y la propia familia.

Los hermanos se plantean denunciar a la clínica donde estuvo ingresado
El centro sostiene que el paciente sufrió un fallo multiorgánico
Más información
Madrid impone la Medalla al Mérito Ciudadano al "héroe" del Metro

El hombre que aparece en las imágenes grabadas por el sistema de videovigilancia de Metro es Francisco José Pérez Mancha, un extremeño de 41 años, hijo de Ángel y Ana. Este empieza a sentirse mal y pierde el equilibrio. Se pega un fuerte golpe en la espalda, pero al final logra meterse entre las vías. Las personas que están en el andén contrario, en especial tres mujeres, empiezan a chillar y a pedir auxilio. Eso fue lo que alertó a Ángel, un policía nacional que estaba fuera de servicio y que se dirigía con su novia a hacer unas compras por el centro de la ciudad.

El agente sale corriendo y, sin pensarlo, le agarra por la espalda y los pantalones. Así logra esquivar el metro que está entrando en la estación en ese momento. Instantes después, el agente pide que avisen a los vigilantes de seguridad y al Samur. No fue necesario porque se encontraba bien, según reconoció después el propio policía.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Hasta ahí lo que se ve en el vídeo. Detrás hubo más. Cuando los facultativos del Samur trasladaron a Francisco José Pérez a la clínica de La Concepción solo le apreciaron lesiones de carácter leve. El fuerte golpe que le causó la caída contra un raíl no le produjo ninguna herida grave. O eso, al menos, le diagnosticaron los médicos. Tanto del Samur, como los de la clínica. "Tenemos todos los partes médicos. Le dieron el alta tras diagnosticarle hematomas y poco más. Le recetaron un ibuprofeno para los dolores y las inflamaciones. No estuvo ni una hora en urgencias", explica al otro lado del teléfono una hermana de la víctima.

Los dolores se hicieron más agudos al día siguiente. Pérez se encontraba muy mal y fue la propia hermana la que le llevó de nuevo al hospital. "A raíz del golpe empezó a sentirse peor y a tener muchos dolores. Estaba realmente destrozado. El día antes no le hicieron siquiera una radiografía", protesta la hermana. El herido quedó ingresado el 4 de diciembre. A partir de ahí, su estado fue empeorando hasta que murió la mañana del 7 de diciembre.

El parte médico dice que sufrió un fallo multiorgánico, lo que le produjo una parada cardiorrespiratoria. Las causas detalladas no se sabrán. Al menos de momento, ya que no se le practicó la autopsia, según explicaron fuentes judiciales a este periódico. Siempre se puede exhumar el cadáver y hacer una necropsia para intentar dilucidarlo a posteriori. Para ello tendría que haber una denuncia o una demanda por parte de la familia. Y es una de las cosas que está barajando. "No sabemos si los médicos actuaron bien o no. Tenemos que hablar entre nosotros y ver si merece la pena mover el tema o es mejor dejarlo así como está", añade la hermana con cierto recelo.

Francisco José Pérez fue enterrado en la más absoluta intimidad en su localidad natal, Guareña (Badajoz), un municipio de 7.300 habitantes situado a 24 kilómetros de Mérida. Tenía otros cuatro hermanos. "La que peor lo está pasando es mi madre, que no levanta cabeza", reconoce la familiar. Esta prefiere que no se sepa nada de la vida privada de Francisco José. Tan solo que vivía por la zona de Puerta del Ángel. Ni siquiera entiende qué hacía su hermano en el metro. "No sabemos muy bien qué pasará", añade. Lo que sí asegura es que ni es heroinómano ni había consumido alcohol antes de sufrir el accidente del metro. "Se ha mentido mucho sobre ese aspecto y se han dicho cosas que nos han dolido mucho a la familia. Tengo análisis de sangre de mi hermano de esos días y en ninguno de ellos da positivo en sustancias tóxicas", concluye.

Fuentes de la clínica, por su parte, aseguran que el paciente tenía problemas previos muy serios y que estos se pudieron agravar con el golpe. El fallo multiorgánico le sobrevino por esas patologías anteriores. Aseguran que no pueden dar más información sobre el paciente (deben respetar el secreto de su historial médico) y mantienen que en todo momento se siguieron los protocolos de urgencias.

Mientras, Ángel, el policía rescatador, prefiere mantenerse en silencio. Reconoce que hizo lo que debía. El triste resultado ya es otra cosa.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_