"Pensé en liarme a tiros con la policía hasta que me mataran"
El albañil de Olot admite que las deudas no le agobiaban
Pere Puig, el albañil de 57 años que asesinó a balazos a sus dos jefes y a dos empleados de una entidad bancaria el pasado miércoles en Olot (Girona), no se hallaba con el agua al cuello por su situación económica, según declaró ayer ante el juez. Sin gastos de vivienda (vivía en casa de su padre), Puig cobraba una nómina de 1.150 euros, de los que 180 los destinaba a pagar 5.500 euros de deuda contraída años atrás con una tarjeta de crédito.
Pero había dos cosas, además de la amenaza de despido que se cernía sobre él por la delicada situación de la empresa, que le sacaban de quicio. La primera era que Construccions Tubert aún le debía las pagas extra de la pasada Navidad y del verano -"unos 2.300 euros"-. La segunda, que la deuda de la tarjeta nunca se acababa: "Hice números y creí que la deuda estaba pagada". Pero los dos empleados de la entidad a los que luego mató, le explicaron que solo había satisfecho los intereses.
El pasado martes, Puig se acostó con una idea en la cabeza: matar a quienes le estaban amargando la vida. "Lo había pensado otras veces", admitió, "pero al día siguiente se me quitaba de la cabeza". El miércoles, sin embargo, se levantó "con la misma idea". "Y decidí actuar", añadió.
Puig estaba obsesionado con su jefe. "Estaba en mi cabeza, me dominaba, como si fuera una serpiente", precisó al juez. De hecho, solo planeó matarle a él, pero el azar quiso que se topara también con su hijo. "Y también le disparé". Tras la matanza, dudó en forzar su propia muerte. "Pensé en liarme a tiros con la policía y que me mataran", dijo a los Mossos. Finalmente, decidió entregarse. "Ahora me arrepiento, pero me siento mejor que antes. Liberado", zanjó.
Puig admitió que quiso matar a otras dos personas: al dueño del bar donde desayunaban sus jefes y al electricista que solía trabajar con la empresa: "Me miraban mal, ponían mala cara, iban en mi contra". Fuentes de la investigación habían explicado a este diario que Puig pretendió matar a otros dos empleados del banco, pero el asesino no los mencionó ante el juez. Este decretó su ingreso en prisión sin fianza.
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