El asesino de Olot que mató a cuatro personas porque le adeudaban dinero tenía 30.000 euros a plazo fijo
El homicida mató a sus jefes y a dos empleados del banco por problemas económicos, declaró al juez.- El juzgado que lleva la causa ha bloqueado las cuentas del asesino
Pere Puig, el albañil de 57 años que el pasado mes de dieciembre matóa balazos a sus dos jefes y a dos empleados de una entidad bancaria en Olot (Girona) porque le adeudaban dinero y tenía problemas económicos mantenía invertidos 30.000 euros en dos depósitos bancarios a plazo fijo. Las cuentas han sido bloqueadas por el Juzgado de Instrucción número 2 de Olot, que lleva la causa, como había pedido la acusación.
Las cuentas, que pertenecen a entidades distintas a la que trabajaban los empleados fallecidos, vencían el 4 de enero pasado y el próximo 31 de agosto, detalla la documentación solicitada al banco por la acusación particular que ejerce el letrado Carles Monguilod. Las cuentas de plazo fijo establecen que el dinero debe mantenerse en la cuenta hasta la fecha de vencimiento pero siempre puede liquidarse el depósito mediante una penalización económica del banco por la cancelación anticipada. El asesino, por lo tanto, podría haber dispuesto de ese dinero en cualquier momento, ha subrayado Monguilod. "El presunto móvil de la desesperación por las deudas queda desmontado. No tenía ninguna hipoteca a su nombre y encima disponía de 30.000 euros", ha señalado el abogado.
Puig mató a tiros al dueño y al hijo de la constructora Tubert en la que trabajó durante años cuando ambos desayunaban en un bar porque le adeudaban dos pagas extra -unos 2.300 euros- y se habían retrasado en el pago de la última mensualidad, según declaró al juez. Minutos después asesinó a dos empleados de una sucursal bancaria por problemas con la gestión de su tarjeta de crédito, añadió. Adeudaba 5.500 euros a la entidad, cantidad que el asesino creía haber liquidado pero las víctimas le habían explicado días antes de la matanza que solo había satisfecho el importe relativo a los intereses de la deuda. "Hice números y creí que la deuda estaba pagada", relató Puig en su declaración judicial para explicar los motivos de sus asesinatos.
"Me miraban mal"
Pese a que algunos vecinos interpretaron que Puig actuó por desesperación económica, el propio asesino ya reconoció el mes pasado que se trataba de una obsesión irracional: quería matar a quienes le amargaban la vida y había planeado el asesinato de otras dos personas, el dueño del bar donde desayunaban sus jefes y el electricista que solía trabajar con la empresa. "Me miraban mal, ponían mala cara, iban en mi contra", señaló al juez.
Tras la declaración, el juez decretó prisión sin fianza para el asesino, que permanece internado en la cárcel de Figueres (Girona)y la acusación solicitó un examen médico-forense del asesino. Este constata que el acusado no presentaba antecedentes psiquiátricos, no tenía ideas delirantes ni ningún otro síntoma psicótico y que reconoce los asesinatos pero se muestra "ambivalente" respecto a las consecuencias de sus actos. La abogada de la defensa espera ahora los resultados de otro informe médico que deben determinar la salud mental del acusado.
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