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Afrontar 15 asesinatos en dos meses

Olot, localidad de ambiente hogareño donde la gente se conoce por el nombre de pila, se enfrenta desde ayer a 15 asesinatos conocidos en solo dos meses. Los crímenes han conmocionado a los 35.000 habitantes de la ciudad. "En Olot nos pasa algo, cada día muere alguien", lamentó ayer Mercedes Gil, enfrascada en una pesimista tertulia vecinal. El asesinato ayer de cuatro personas sacudió a una ciudad aún perpleja por la confesión, el mes pasado, del celador Joan Vila, empleado en un geriátrico olotense. Vila se inculpó del asesinato de al menos 11 ancianos en el centro en el que trabajaba. Nadie en Olot pasó por alto que ese centro apenas dista unos 100 metros de la sucursal en la que acababan de morir dos personas.

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El homicida de cuatro personas en Olot iba a ser despedido

"Me siento avergonzado de ser de Olot. Allá donde vas, solo te hablan de muertes", lamentó el transportista Ramón Mas. Esta sucesión de homicidios ha remontado a los ciudadanos a 1992, cuando Olot se hizo conocida por el secuestro de Maria Àngels Feliu, farmacéutica que permaneció cautiva 492 días. "Desde entonces, Olot es sinónimo de desastre", aseguraba Fernando García, de 47 años. Tenía sus motivos: como la mayoría de vecinos, conocía de hace años a los dos asesinados en la sucursal. Por el nombre de pila.

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