Cómo salir de la nueva Atocha

"No sabemos cuáles son las paradas, ni por dónde habrá que entrar. El día que lo inauguren nos enteraremos por la prensa". Abraham Collazo, taxista, resume el sentir general de un grupo de colegas congregados frente a la parada inferior de taxis de la estación de trenes de Atocha. La decena de conductores presentes repiten la misma cuestión: "No, no tenemos ni idea". José Antonio Calero, de 58 años, lo repite con sorna: "Nadie nos ha contado nada". Otro chófer, Enrico Zanata, se aventura a señalar responsables: "Imagino que la culpa es de nuestros representantes o del Ayuntamiento, pero el caso es que no lo sabemos". Hablan de su jornal, de su sitio, de las horas de espera y de dónde localizarán clientes en unos días. Atocha crece el próximo domingo, con la llegada del AVE de Valencia y la extensión de la principal terminal madrileña, firmada por el arquitecto Rafael Moneo.

"Hemos reforzado los accesos", explican desde el Ayuntamiento

"El día del estreno nos enteraremos por el boca a boca", se queja un taxista

La duda de los compañeros pilló por sorpresa por la mañana al mismísimo ministro de Fomento. José Blanco acudió a una entrevista radiofónica en la cadena Ser para desgranar las excelencias del nuevo AVE al Levante y del potencial de Atocha, que aumentará de los 16 millones de viajeros al año actuales a 35 en 2025. Entró la llamada de un oyente. Un colega del grupo de taxistas que, como ellos, planteaba sus dudas desde la estación. El hombre se quejó al ministro de que a seis días de la inauguración de la terminal de llegadas nadie, ni las asociaciones del taxi ni el Consistorio, les había explicado cómo cambia su servicio y dónde se tendrán que situar.

Blanco, que se disculpó en antena, le contó la división entre terminal de llegadas y de salidas (al estilo de los aeropuertos) y la consiguiente reordenación del tráfico y las paradas. "Daré indicaciones para que se reúnan desde el ministerio con los responsables del taxi", prometió el ministro. En realidad, las reuniones se han producido ya entre las asociaciones del taxi, Fomento y el Ayuntamiento de Madrid, encargado de reordenar el tráfico urbano. Uno de los cambios es que, a partir del domingo, los viajeros que lleguen en AVE a Atocha ascenderán desde los andenes por unas escaleras mecánicas a una pasarela superior, y de ahí hacia el nuevo vestíbulo de llegadas, con dos niveles. El inferior comunica con la estación de Cercanías, el metro y los aparcamientos de vehículos privados. Y el superior lleva directamente a la nueva parada, una zona de tres carriles en los que se podrá coger directamente el taxi y que tendrá salida a la avenida Ciudad de Barcelona, la calle de Atocha o Alfonso XII.

Para quienes no quieran pagar un taxi, el mismo acceso les lleva a las dársenas donde se ubican los autobuses de la EMT (Empresa Municipal de Trnasportes), ampliadas para poder atender a un mayor número de viajeros.

Lo que ha hecho el Ayuntamiento, con el acuerdo de las asociaciones mayoritarias del taxi, ha sido reordenar este sector en la estación. "La antigua ubicación es un embudo, sales de cuatro carriles y vas a parar a otro con semáforo, la calle posterior a la salida de Méndez Álvaro", cuenta Pedro Mostaza de UGT-Uniatrans, portavoz de los autónomos con representación minoritaria en el sector. Mariano Sánchez, de la Federación Profesional del Taxi de Madrid (la segunda en importancia) ratifica que las conversaciones con el Ayuntamiento han ayudado a la nueva reordenación. Este periódico intentó sin éxito contactar con la Gremial de Taxi, la más representativa. Agetaxi (tercera en socios), tampoco tenía claro lo que va a ocurrir.

"Lo que ha hecho el Ayuntamiento ha sido incrementar la bolsa de taxis y reforzar los accesos tanto de entrada como de salida", señala Fernando Autrán, coordinador general de Movilidad del Ayuntamiento. Lo sabe el Ayuntamiento, las gremiales y Fomento. Pero no quienes recibirán a los viajeros el próximo domingo.

El taxista Calero, el más veterano del grupo de conductores que duda frente a la estación, lo resume resignado: "Cuando todo esté en marcha, nos enteraremos por el boca a boca".