La lluvia desborda ríos y causa decenas de desalojos en Andalucía
Un hombre fallece en un cortijo de Jaén fulminado por un rayo
El invierno pasado, el más lluvioso de las últimas décadas, el río Genil avisó varias veces a su paso por la localidad sevillana de Écija. Este otoño ha cumplido su amenaza a la primera. Los 107 litros por metro cuadrado que cayeron entre la noche del lunes y la madrugada del martes en la sierra de Córdoba, donde surge el Genil, hicieron crecer la cota del río hasta los 7,36 metros, más de un metro por encima de su capacidad. El pueblo amaneció con el 30% de su casco urbano inundado y un millar de viviendas anegadas por la lluvia. En Jaén, un hombre murió en un cortijo del municipio de Arroyo del Ojanco por un rayo.
Alrededor de 3.000 vecinos de la localidad, con 40.500 habitantes, se vieron afectados por la crecida del río, aunque no se registraron daños personales. Los materiales, que son muchos, no podrán ser evaluados hasta que las calles queden libres de agua. Al mediodía de ayer, algunas de las zonas más bajas del pueblo soportaban todavía más de un metro y medio de agua y lodo.
Un millar de casas en Écija amanecieron inundadas
Las autoridades recomendaron a los ciudadanos que se quedaran a cubierto en las plantas más altas de sus viviendas, dado el riesgo que suponían las maniobras de evacuación. Los vecinos se asomaban impotentes a los balcones de las casas para ver sus calles convertidas en ríos. Los de los pisos más bajos se habían visto obligados a abandonar las viviendas el lunes por la noche, cuando el arroyo de Argamasilla y el río Genil empezaron a desbordarse. Entre los primeros afectados se encontraban seis pacientes del hospital de Écija, sitiado por el agua el lunes por la noche. Los médicos optaron por dar el alta precoz a cuatro enfermos y trasladar a otros dos al hospital de Osuna.
"No he visto llover nunca más fuerte que anoche". A Francisco Márquez, un vecino con muchos inviernos a cuestas, el paisaje de ayer le trajo a la memoria, como a casi todos en el pueblo, el que dejó otra gran inundación en diciembre de 1997. Tras aquellas lluvias se construyó un muro para contener las crecidas del Genil. La obra ha cumplido con su objetivo hasta ayer, cuando el agua empezó a colarse por donde ya no había muro. "La naturaleza busca lo suyo", reflexionaba un agente de la Unidad Militar de Emergencias (UME) ante un cruce de calles convertido en una inmensa piscina de agua y barro que cubría garajes, coches y mobiliario urbano.
El plan de emergencia ante riesgo de inundaciones se activó en Sevilla a las 23.48 del lunes con casi todos los ojos puestos en Écija. A lo largo del día de ayer fueron movilizados 242 militares de la UME, 300 guardias civiles y otro centenar de agentes del Cuerpo Nacional de Policía, Policía Local, bomberos y voluntarios de Protección Civil.
Aunque Écija se llevó la peor parte, el temporal puso también contra las cuerdas a varios municipios de Jaén y Córdoba, donde decenas de familias fueron desalojadas de forma preventiva ante el riesgo de inundaciones.
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