Castells y Maragall enervan a los diputados del PSC en Madrid
Los socialistas no pondrán pegas a que Núria de Gispert presida el Parlament
La ebullición en la que vive el Partit dels Socialistes (PSC) tras la derrota del pasado domingo ha alcanzado a los 25 diputados de la formación en el Congreso. Además de intentar resolver el interrogante de si la ministra de Defensa, Carme Chacón, saltará a la arena para hacerse con el liderazgo del partido, están muy molestos.
Las críticas de dirigentes del ala catalanista del partido al supuesto sometimiento de estos diputados al PSOE y a su falta de perfil propio les sientan cada vez peor. Este malestar se ha podido notar, según fuentes parlamentarias, en las dos reuniones que han mantenido esta semana para analizar la situación. "La falta de un grupo parlamentario propio no puede ser, ni de lejos, uno de los principales argumentos para explicar la derrota", sostienen. Las críticas a la actuación del PSC en Madrid han sido constantes por parte de los consejeros Antoni Castells, Ernest Maragall y Marina Geli. Afirman que la relación PSC-PSOE en el Congreso debe cambiar y apuestan por el grupo propio.
La sede de los socialistas catalanes en Barcelona albergó ayer la primera reunión de los 28 diputados electos. Presidida por el líder del partido, José Montilla, se celebró en un clima "enrarecido", según varios de los asistentes. Las declaraciones del ala catalanista han tensado el ambiente en la calle de Nicaragua, aunque ayer el todavía consejero Joaquim Nadal -que presidirá el grupo- aseguró que trabajarán "sin fisuras" y que el grupo parlamentario será impermeable al debate sobre el futuro del partido. "El grupo tiene como función ejercer la oposición al Gobierno, y la ejecutiva y el consejo nacional, dibujar el camino al congreso extraordinario" del próximo otoño. Nadal advirtió a los críticos que las opiniones deben "sumar, pero no restar y menos dividir". De momento, el domingo 12 podrán debatir en el consejo nacional del partido.
El grupo del partido no pondrá pegas a la investidura de Núria de Gispert (CiU) como presidenta del Parlament, un apoyo con el que el PSC se garantiza una vicepresidencia y una secretaría de la mesa. Nadal abrió la puerta a facilitar también la investidura de Artur Mas en la segunda votación.
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