Terapia para centros históricos
Capitales de Europa y América Latina comparten en Vitoria sus experiencias dentro de un congreso sobre las ciudades y el patrimonio cultural
La rehabilitación de los cascos históricos se halla de moda, aunque eso no implica que la tarea no sea compleja y costosa. Desde ayer y hasta mañana viernes, Vitoria acoge en el Palacio de Villasuso la novena edición del Foro Abierto de los Patrimonios Culturales, un congreso internacional de ciudades históricas en el que expertos y representantes de Ayuntamientos de España, Europa y América Latina intercambiarán experiencias para aprender de los errores y aciertos de otras latitudes. "Queremos compartir talento y creatividad para evitar caer en la trampa de una rehabilitación que crea una estampa muy atractiva" que esconde "una imagen fría y vacía", olvidándose de la gente y sus necesidades, resumió durante la inauguración el alcalde de Vitoria, Patxi Lazcoz.
Eduardo Mendoza: "Las ciudades siempre tienen algo de canalla"
Es fundamental, abundó el regidor, crear un sentimiento de "orgullo" en toda la ciudadanía, que termine haciendo del centro histórico un instrumendo para fomentar el desarrollo del tejido productivo de una ciudad. También señaló que la ocasión es un momento perfecto para dar a conocer el modelo de rehabilitación de la capital alavesa.
Uno de los asuntos centrales del cónclave será el programa Urban, una iniciativa comunitaria del Fondo Europeo de Desarrollo Regional que aspira a fomentar el desarrollo económico, social y medioambiental en barrios que a menudo parten de una clara desventaja económica y social con respecto al resto de la ciudad. Los fondos que concede Europa son gestionados por el Ministerio de Economía en España. De todas las candidaturas presentadas se aprobaron 46 proyectos, entre ellos el de Vitoria.
La conferencia estelar de ayer corrió a cargo del escritor Eduardo Mendoza, flamante ganador del Premio Planeta, quien en su intervención intentó "salir de lo concreto para hablar de fantasías". Recordó cómo en la Biblia fue Caín, tras matar a su hermano Abel, quien fundó la primera ciudad como signo de rebeldía del hombre frente a Dios. "Las ciudades siempre tienen algo de canalla", recordó el autor de La verdad sobre el caso Savolta. También destacó, como buen barcelonés, que a menudo la belleza arquitectónica con que los poderosos solían decorar sus ciudades era un "signo de solvencia, pues alguien que había construido esos palacios seguro que pagaría siempre sus deudas".
Los expertos escucharán de primera mano el relato de lo ocurrido en capitales como La Habana, Montevideo, Venecia, Cádiz, Bogotá o Bilbao, entre otras.
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