El abogado de Meño deja el caso tras ganar en el Supremo
Luis Bertelli, abogado de los padres de Antonio Meño (en coma desde hace 21 años por una operación de cirugía estética), se aparta del caso dos semanas después de reabrirlo en el Tribunal Supremo. Bertelli logró que el Supremo estimase una demanda de revisión sobre el caso, basada en un nuevo testimonio, y anulase su propia sentencia en firme de 2008 (incluyendo la condena a la familia del afectado de pagar 400.000 euros a los demandados por sus gastos judiciales). El abogado considera que ya ha cumplido su objetivo principal, "reparar la injusticia", y ahora prefiere dejar que otros letrados defiendan a la familia, bien negociando una indemnización con la clínica en la que Meño, de 42 años, se quedó en coma, o bien reanudando el proceso judicial desde cero.
Bertelli cogió el caso cuando estaba cerrado, tras la sentencia de 2008 del Supremo. Condenados a indemnizar a los demandados, Juana Ortega y Antonio Meño, padres del hombre en coma, contactaron con Bertelli, presidente de la Fundación Jurei (Justicia Responsable e Independiente), y el abogado decidió llevar su caso sin cobrar.
Juana Ortega (que acampó en la calle más de un año con su hijo en coma para pedir justicia) explicó ayer que Bertelli les dijo desde el principio que dejaría el caso si lograba tumbar la sentencia del Supremo. Así lo ha hecho. "No tenemos interés económico, y ahora la reclamación de cantidad la puede hacer cualquier abogado", dijo ayer una portavoz de Bertelli.
La familia Meño ganó en 1993 un juicio penal, en el que se dictaminó que el anestesista Francisco González Martín Moré debía pagarles un millón de euros por una supuesta negligencia, pero el médico y su clínica, Nuestra Señora de América, recurrieron la sentencia y ganaron en la Audiencia Provincial. Más tarde, el Supremo refrendó este fallo y condenó a pagar a los Meño. Se dio por probado que Antonio Meño se había asfixiado en su propio vómito una vez le retiraron la respiración asistida. Esta versión se vino abajo el día 17 de noviembre, cuando el Supremo falló tras escuchar la versión del nuevo testimonio, el doctor Ignacio Frade, que declaró que hubo negligencia.
