La protesta estudiantil contra los planes de ajuste paraliza Italia
Las marchas agudizan la crisis de Berlusconi a 14 días de la moción de censura
Primero fue Francia, luego Reino Unido y ahora Italia. Como ya ocurrió en París y en Londres, el malestar social que atraviesa Europa por las reformas y los ajustes impulsados por Gobiernos aquejados por la crisis económica, desembocó ayer en Roma en la mayor protesta estudiantil de los últimos años. Los miles de estudiantes que se echaron a la calle en las principales ciudades italianas para protestar contra la aprobación de la reforma del sistema universitario dieron voz a la oposición contra la política del Gobierno Berlusconi.
Si la semana pasada la protesta llegó a los monumentos simbólicos de la cultura italiana -los estudiantes ocuparon pacíficamente el Coliseo en Roma y la Torre inclinada en Pisa-, el objetivo ayer era paralizar el país con bloqueos del tráfico en las carreteras y la ocupación de las vías de ferrocarril en varias estaciones.
La policía antidisturbios tuvo que blindar la sede del Congreso
La nueva ley de Educación rebaja las becas de estudio y de investigación
Según la Unión de los Universitarios, una especie de sindicato de los estudiantes, fueron 400.000 los que participaron en las protestas. Desde Turín a Palermo, de Venecia a Napóles, se produjeron varias manifestaciones que afectaron a las actividades normales. En Bolonia se registraron enfrentamientos entre la policía y los estudiantes a la entrada de la estación. En Milán, la protesta causó el cierre temporal de tres estaciones del metro.
"Bloquearemos el país con nuestras acciones", fue la consigna de los estudiantes mientras en el Congreso se debatía una reforma que es también un nuevo banco de pruebas para la estabilidad del Ejecutivo, que ya no goza de la amplía mayoría que logró en las elecciones legislativas de 2008. La salida del presidente del Congreso, Gianfranco Fini, del Pueblo de la Libertad, el partido que cofundó con Silvio Berlusconi, y la formación del grupo autónomo Futuro y Libertad (Fli), han dejado al Gobierno cojo en la Cámara baja, donde el 14 de diciembre se votará la moción de censura contra Silvio Berlusconi (el mismo día en el que en el Senado se votará una moción de confianza).
Al final la reforma, que lleva el nombre del ministro de Educación, Mariastella Gelmini -y que prevé recortes en la financiación de las becas y de la investigación en la universidad pública-, fue aprobada a última hora de la tarde con 307 votos a favor y 252 en contra; ahora debe pasar por el último trámite en el Senado. Los partidarios de Fini habían anunciado que apoyarían el proyecto de ley, pero la debilidad del Gobierno quedó reflejada en los reveses que sufrió cuando se aprobaron tres enmiendas de la oposición con los votos de Fli. Y mientras la reforma universitaria se transformaba en el ensayo general que mide las fuerzas de los distintos grupos en el Parlamento, fuera los estudiantes se enfrentaban a la policía, que acordonó las vías de acceso a la plaza de Montecitorio. En via del Corso, una de las calles centrales de la ciudad, la policía cargó contra la marcha de los estudiantes, que le lanzaban piedras y botellas.
Un despliegue militar que fue duramente criticado por la oposición. "La protesta era pacífica. Estudiantes e investigadores se han movilizado de forma pacífica. Impresiona ver la ciudad militarizada. Una Roma así no se ha visto nunca y si se ha llegado a este nivel de tensión es por la irrensponsabilidad del Gobierno", dijo el líder del Partido Demócrata, Pier Luigi Bersani. El Gobernador de Apulia y secretario del partido izquierdista Izquierda y Libertad, Nichi Vendola, fue más allá y habló de clima "chileno". El ministro del Interior, Roberto Maroni, justificó las medidas de seguridad ("Yo tengo que garantizar el orden público", dijo) y acusó a la oposición de "aprovechar" políticamente la protesta. Berlusconi por su parte contestó a los jóvenes que piden que se retire la reforma con un "¡id a estudiar!". "Los verdaderos estudiantes están en casa estudiando", dijo.
Los estudiantes se citaron a través de Facebook y de Twitter, desde donde se coordinó la protesta en todas las ciudades. "Paralizamos el país para que se paralice este proyecto que quita dinero a la educación estatal", era el lema que rebotaba desde primera hora de la mañana desde el Duomo de Milán hasta las plazas de Napóles, aún sucias por la enésima emergencia de la basura
Rebelión en Europa
- Reino Unido. Desde mediados de noviembre, miles de estudiantes se han manifestado en contra del plan del Gobierno de triplicar el coste de las matrículas universitarias. La protesta estudiantil se ha sumado a la de los trabajadores del metro de Londres y a la marcha convocada por los sindicatos el 19 de octubre contra los recortes del gasto público.
- Irlanda. El 27 de noviembre, miles de personas se manifestaron
en Dublín contra el plan de rescate económico aprobado por la UE el día siguiente.
- Portugal. Las dos principales centrales sindicales, la CGTP y la UGT, convocaron la primera huelga general desde 1988, bloqueando el transporte público y el servicio sanitario.
- Grecia. Desde la huelga general convocada en mayo por los trabajadores del sector público, que acabó
con tres muertos en Atenas, varias manifestaciones se han repetido en el país contra el plan de ajuste del Gobierno.
- Francia. La reforma de
las pensiones, promulgada
el 9 de noviembre por el presidente Nicolas Sarkozy, encontró la oposición de
los sindicatos y de una parte de la sociedad francesa. Las protestas y los bloqueos llegaron a paralizar el país.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.