Ingenio y alegría
Siento que en estos últimos días se nos han ido parte de nuestras raíces y señas de identidad, en particular, para aquellas generaciones que venimos de épocas interminables de oscurantismo, represión y persecución por defender los más elementales derechos humanos. Me refiero a personajes módelicos en tantos aspectos de nuestra historia más reciente: José Antonio Labordeta, Marcelino Camacho, Manuel Alexandre y, ahora, Luis G. Berlanga.
Este cineasta, junto a José Antonio Bardem y Rafael Azcona, al mismo tiempo que denunciaban con sus imágenes y guiones esa España esperpéntica, fueron gentes que nos dieron lo que más necesitábamos para seguir viviendo y luchando: mucho ingenio y sobre todo mucha alegría. A todos ellos mi gratitud y cariño.
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