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Reportaje:

Qué hacer con la bici en Valencia

El aluvión de ciclistas cuestiona la normativa de tráfico, aprobada en mayo

Pablo Ferri

El Ayuntamiento de Valencia aprobó el pasado mes de mayo la nueva ordenanza de circulación. El texto regula cualquier supuesto en que caen a diario los coches, los camiones, los peatones, matiza cómo proceder en las mudanzas, cómo transportar sustancias peligrosas o qué hacer para evitar la grúa. Todo esto resulta de la experiencia de años, de pequeños ajustes y del barniz de los ciudadanos con sus aportaciones. La normativa recoge también todo lo relativo a la circulación de bicicletas. El problema es que en este caso no existe experiencia previa. La ciudad atestigua desde hace meses una presencia creciente de bicis en la calle. Ya no es un loco aislado el que se la juega cada día entre los coches, son cientos. Así pues, ¿está preparada la normativa para los ciclistas? ¿La conocen estos? ¿Y los conductores? ¿Cómo la aplica la policía?

Se pueden atar al mobiliario urbano si no hay aparcamiento a menos de 50 metros
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El caso de Ainhoa García resulta característico. Incumplió la normativa, ella no lo sabía y le tocó pagar una multa de 50 euros, además de comprarse un candado nuevo. La prensa local recogió su historia y ella abrió una página en Facebook que cuenta casi 500 miembros. "Tenía la bici atada a una farola porque cerca de mi casa no hay aparcamientos", explica. "Además, tengo mal la cadera y no me la puedo subir a casa". Un día bajó y se encontró con que se la habían cambiado por una pegatina naranja de las de la grúa y dos trozos de candado. Fue a la Policía Local, donde le miraron extrañados. Al final, le dijeron: "Bueno y ¿Cómo sabemos que es tuya la bicicleta?". Tuvo que ir a la tienda, en el centro, conseguir un justificante (le habían pedido la factura) y volver a la comisaría, cerca de la playa de la Malva-rosa. Le dieron la bici y la multa: "50 euros y gracias, que podrían ser hasta 100", le alertaron. Así que se fue con su bici, el papelito rosa y sin cadena. "Y yo no entendía nada".

Más tarde se enteró por la prensa de que la policía, a la vista de la gran cantidad de gente que incumple la normativa en cualquiera de sus formas, iba a iniciar una campaña informativa sobre lo que se puede hacer con la bici y lo que no. "Pero yo ya tenía la multa", critica Ainhoa.

El caso es que hasta principios de diciembre no volverán a multar. Hasta entonces, los ciclistas deben aprender que no pueden ir por las aceras, ni contra dirección. Tampoco pueden atar sus vehículos a las farolas. Solo pueden candarlas a cualquier elemento del mobiliario urbano si no tienen un aparcamiento cerca, a menos de 50 metros de donde estén. Otra queja: con la adopción del servicio municipal de bicis, el Ayuntamiento arrancó algunos aparcamientos. El concejal de Tráfico, Alfonso Novo, ha dicho que los repondrá y que instalará "muchos más".

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Un ciclista circula entre coches y autobuses en la calle de Russafa de Valencia.
Un ciclista circula entre coches y autobuses en la calle de Russafa de Valencia.JESÚS CÍSCAR

ACERA. Ni por la acera, ni en dirección contraria

La ordenanza municipal dispone que los ciclistas no pueden circular por las aceras. Tampoco pueden ir contra dirección ni marchar por los jardines públicos. La Policía Local, hasta que empezó la campaña informativa, puso varias multas a ciclistas que iban por la acera. El concejal de Tráfico, Alfonso Novo, defiende su gestión al respecto con el número de kilómetros de carriles bici y calles preferentes que se han hecho. Pero hay un gran déficit en las rondas, tanto la interior como la exterior.

CANDADO. Cuidado dónde se atan las bicicletas

Muy importante: las bicicletas no se pueden atar a las farolas ni a los árboles, para eso están los aparcamientos en forma de u invertida anclados al suelo. Si no hay uno cerca, 50 metros como máximo, se puede candar a una señal, un banco, un poste... Ojo con el candado, pues la ordenanza advierte que no debe dañar el mobiliario ni entorpecer la circulación de los peatones. Por último, no se pueden llevar auriculares, ni hablar por el móvil.

VIANDANTES. Las zonas peatonales hacen trampa

Si no hay señal que lo prohíba, los ciclistas pueden ir por las calles peatonales, como el paseo de Russafa, manteniendo un metro de distancia mínima con el peatón y los edificios de alrededor. Si no hay calle peatonal ni carril bici, hay que ir por la calzada, con los coches, asumiendo el sentido de la marcha. No importa que las bicis no tengan intermitentes, están los brazos. La velocidad máxima para estos vehículos es de 30 por hora, 15 si el carril bici va sobre la acera.

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Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).

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