Cacerolada antidroga en Trinitat Vella

El despliegue de los Mossos d'Esquadra en Trinitat Vella, donde el miércoles iniciaron un operativo especial para combatir el tráfico de heroína, no ha servido por el momento para que remitan las protestas vecinales que arrancaron ya hace cuatro meses. Ayer, más de 300 personas marcharon hasta la sede del distrito de Sant Andreu en una gran cacerolada para dejar claro a la concejalía que no quieren ni drogas ni traficantes en las calles.

A la cacerolada se sumó la Colla de Diables de Trinitat Vella, que encabezó la manifestación con sus tambores. La marcha empezó en el eje principal del distrito, la calle Gran de Sant Andreu, y se prolongó más 20 minutos, durante los cuales quedó cortado el tráfico. Los vecinos mostraron su disgusto por no ser recibidos por la edil Gemma Mumbrú.

Durante la cacerolada, Luis Quero, de la Coordinadora Antidroga del barrio, invitó a todos los vecinos de Sant Andreu a sumarse a esta iniciativa, ya que la lucha contra la droga "es un problema social que algún día puede afectarles también a ellos". Algunos aceptaron de inmediato la invitación y se sumaron a la protesta gritando desde ventanas y balcones.

Quero proclamó en un par de ocasiones que Trinitat Vella "es más que un barrio con tráfico de drogas". En el barrio "existe un tejido comercial consolidado, pues hay más de 50 entidades y comercios", afirmó. Quero también mostró su satisfacción por los avances en la lucha contra el tráfico de drogas. "Somos un barrio que no se esconde de esta problemática; es más, salimos a nuestras calles para denunciarlo", dijo. "Lo estamos consiguiendo, vamos a tener un barrio digno", concluyó.