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El cadáver de un vigilante pasa dos días abandonado en una obra en Les Corts

Detenido un compañero de la víctima, que le habría matado por venganza

Jesús García Bueno

José S., un hombre de 55 años de nacionalidad portuguesa, fue encontrado el domingo por la noche muerto en la garita de un descampado en obras de Les Corts, en Barcelona. Un compañero del fallecido encontró el cadáver, que presentaba golpes, y alertó a los Mossos d'Esquadra. Los agentes detuvieron ayer por la tarde al presunto autor del crimen, que también trabaja con la víctima. La policía autonómica descarta el robo como móvil del homicidio -no se ha echado en falta ningún objeto de valor en el terreno- y apunta a una venganza personal, ya que víctima y verdugo se conocían.

El cadáver del fallecido llevaba al menos dos días en la garita sin que nadie se hubiera percatado de ello, detallaron fuentes de la investigación. El hombre murió como consecuencia de los golpes infligidos por su agresor. Juan C. G., español de 47 años y vecino de El Prat, accedió a la zona vallada y molió a José a palos con un objeto contundente que encontró allí mismo. Uno de los golpes, en la cabeza, fue letal. A las cinco de la tarde, el presunto homicida fue detenido en Barcelona por agentes del área de investigación.

La policía descarta que el caso esté ligado a las mafias de vigilancia
Un sindicato llama a luchar contra el intrusismo en el sector

El recinto donde ocurrieron los hechos, situado cerca de la Diagonal, del parque de Pedralbes y de la zona universitaria, era ayer por la tarde un espacio vacío donde solo se oía el ruido repetitivo de un generador de electricidad. Los sacos con el material, las herramientas para trabajar y un tractor permanecían sin actividad. El cordón policial aún era visible junto a una lona azul y un lavabo portátil. En la obra aparece el nombre de la empresa Copisa, que ayer por la tarde rechazó aclarar la situación laboral del fallecido con el argumento de que está recopilando la información de lo ocurrido.

La víctima se encargaba de mantener las cosas del recinto a buen recaudo, pero, según un portavoz oficial de los Mossos, no era vigilante de seguridad. Es decir, que no poseía la habilitación necesaria para desempeñar esa función. Las empresas del sector, de hecho, no suelen trabajar en la protección de obras, una tarea que queda reservada a grupos familiares -algunos se han constituido en empresas y son legales; otros, no- que, al modo de las mafias, ofrecen protección a cambio de una remuneración económica. En el caso de que su petición de trabajo no se vea satisfecha, los extorsionadores roban parte del material de la obra o causan destrozos en el recinto.

El caso de los vigilantes de Les Corts, sin embargo, apunta a una tercera vía: ni vigilantes acreditados ni extorsionadores, se limitaron a ofrecer sus servicios a la empresa como personal auxiliar. Fuentes policiales subrayaron que los implicados no forzaron a ningún promotor a contratar sus servicios y descartaron, en consecuencia, que el crimen tenga que ver con un litigio pendiente sobre el control en esta clase de obras.

Al margen de las circunstancias de este caso, el secretario general del sindicato independiente SIPVS-C, José María Izquierdo, abogó por luchar contra el intrusismo profesional que sufre el sector. Y exigió a las fuerzas de seguridad que incrementen los controles sobre las empresas que, de forma irregular, ofrecen sus servicios de seguridad privada. "Para nosotros es una forma más de intrusismo que nos hace perder puestos de trabajo". La patronal Aproser, que agrupa a las grandes empresas del sector, minimizó el problema y aseguró que la vigilancia irregular apenas les afecta.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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